FESMES reclama en el Congreso de los Diputados la creación de un área de capacitación específica de Medicina del Sueño
El presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES), Carlos Egea, ha solicitado, durante una comparecencia ante la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados, un área de capacitación específica (ACE) de Medicina del Sueño.
Esta intervención se ha producido semanas después de la aprobación, el pasado 2 de noviembre, de una proposición no de ley (PNL) en la que se instaba al Gobierno a analizar las necesidades formativas de los especialistas en Ciencias de la Salud en relación con los trastornos del sueño.
«El abordaje de los trastornos del sueño debería ser una cuestión de máxima prioridad sanitaria», ha dicho Egea. Y es que, según datos aportados por FESMES, en España más de un 10 por ciento de la población (más de cuatro millones de personas) padece algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave; y otro 30 por ciento se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador o finaliza el día muy cansado.
Este déficit crónico de sueño que atenaza a buena parte de la población española y sigue «una senda de aumento» se refleja, en palabras de Egea, en el incremento del consumo de sustancias como la cafeína, el alcohol, los estimulantes y los hipnóticos, así como en la explosión de la automedicación con preparados de venta libre que contienen melatonina.
«En 2022 España repite entre los cinco primeros países del mundo con un consumo de benzodiazepinas situado por encima de las 50 dosis diarias por cada mil habitantes. No cabe repetir que estas sustancias son altamente adictivas y, en el caso de las benzodiacepinas, no debe alargarse su consumo durante más de dos a cuatro semanas», ha reflexionado.
En este sentido, ha recordado la «función vital del sueño» y el impacto que el déficit de descanso tiene en la aparición de comorbilidades, con «efectos devastadores» en todos los sistemas fisiológicos del cuerpo (cáncer, diabetes, ataques cardíacos, infertilidad, aumento de peso, obesidad e inmunodeficiencia) y para la salud cerebral.
«No en vano, la falta de sueño prolongado se asocia también con la aparición de Alzheimer, ansiedad, depresión, psicosis, trastorno bipolar, suicidio, accidentes cerebrovasculares y dolor crónico», ha enfatizado el presidente de FESMES en la Cámara Baja.
Ante este «gran reto» que suponen los trastornos del sueño, el presidente de FESMES ha lamentado que la formación y acreditación de los profesionales en Medicina del Sueño siga siendo «una asignatura pendiente» en España. En ese sentido, ha asegurado que un ACE en Medicina del Sueño aportaría seguridad, calidad y atención pormenorizada.
«Creemos en la capacidad del Congreso de los Diputados para elevar públicamente la cuestión a los responsables y decisores pertinentes, y esperamos contar con ustedes para dotarnos de la mejor formación y de los mejores profesionales para hacer frente a lo que podemos denominar ya como epidemia de los trastornos del sueño», ha argumentado.
En el mismo sentido se ha expresado también en la Comisión el secretario de la Junta Directiva de FESMES, Javier Puertas, quien ha recordado que, a diferencia de lo que sucede en España, donde los trastornos del sueño siguen ocupando una posición marginal en el conjunto del sistema sanitario, subordinada a la salud mental, en otros países próximos como Alemania, Francia, Portugal, Hungría y Rumanía, así como en Estados Unidos, Australia y Arabia Saudí, la Medicina del Sueño ya está reconocida como una subespecialidad medica oficial, algo en lo que también están trabajando ya otras naciones como Suecia, Finlandia, Suiza, Holanda y Bélgica.
Para Puertas, este «escaso reconocimiento institucional» a la Medicina del Sueño en España se traduce en una oferta actual de profesionales «insuficiente» para dar respuesta a las complejas y estructurales necesidades de los trastornos del sueño y puede tener «graves repercusiones asistenciales», ya que no garantiza una atención de calidad a los pacientes.
«La creación de una ACE fortalecería la profesionalización de la Medicina del Sueño, reconociendo explícitamente sus objetivos, su base científica y metodológica, así como su práctica; y daría respuesta a un creciente problema de salud pública. Indudablemente todos estos elementos contribuirán a mejorar la seguridad y calidad asistenciales, así como la salud de los pacientes, y en última instancia, a revertir los efectos que las actuales carencias de reconocimiento y capacitación oficiales están teniendo sobre el Sistema Nacional de Salud», ha zanjado Puertas.