El sector gasista cree que adaptar la red europea de gas para el hidrógeno puede ahorrar unos 41.000 millones
La adaptación de la red europea de gas para la distribución de hidrógeno podría representar unos ahorros de 41.000 millones de euros en infraestructura energética, según un informe realizado por Ready4H2, iniciativa de la que forman parte 90 distribuidoras gasistas de 17 países europeos, entre ellas las cinco españolas (Nedgia, Nortegas, Madrileña Red de Gas, Redexis y Gas Extremadura).
Según el estudio, en un escenario futuro de descarbonización que incluya volúmenes significativos de hidrógeno y metano verde, la inversión en una infraestructura combinada de electricidad y gas sería capaz de reducir en 41.000 millones euros las inversiones anuales de 2031 a 2050 en infraestructura energética, si se compara con un escenario que dependa en gran medida de la electrificación.
El presidente de Ready4H2, Peter Kristensen, defendió la necesidad de buscar en el camino hacia la descarbonización en Europa «la forma más rentable» de alcanzarla descarbonización, a lo que puede contribuir la conversión de las redes de distribución de gas a hidrógeno.
Además, el informe destaca que la incorporación del hidrógeno en la infraestructura de gas permite la integración de la creciente producción de energía renovable «intermitente», ya que problema futuro para el sistema eléctrico europeo es «la vulnerabilidad frente a patrones climáticos inestables, ya que se conectan a la red grandes volúmenes de fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica».
De esta manera, el estudio subraya que para garantizar el suministro continuo de energía durante los períodos nublados o sin viento, «se necesita una capacidad de almacenamiento duradera y de acción rápida a gran escala».
«En las próximas décadas, el sistema energético europeo se volverá cada vez más dependiente de fuentes de energía no gestionables, con una previsión de capacidad eólica y solar que aumentará a casi 1.000 gigavatios (GW). Las condiciones climáticas cambiantes pueden conducir a una reducción sostenida de la generación de energía eólica y solar. Esto ocurre varias veces al año durante varios días consecutivos, mucho más tiempo del que las baterías pueden proporcionar como respaldo», añadió Kristensen.