FAPA apoya el cierre de los centros
La Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnado de Cantabria (FAPA) ha manifestado en un comunicado su apoyo a la decisión del Gobierno de Cantabria de cerrar los centros educativos ante la epidemia de coronavirus.
Pese a que ayer por al mañana el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, comunicó a la federación que, por la situación en la que se encontraba Cantabria, no era necesario adoptar esta medida, la agrupación entiende que la recomendación realizada posteriormente por el Gobierno central «precipitó los acontecimientos». «Creemos que, cuando estamos ante un caso de salud pública, es preferible pecar por exceso que por defecto», ha defendido FAPA.
Aunque la tarde de ayer fue para FAPA «convulsa» por distintas informaciones que adelantaban la decisión de suspensión de las clases sin haberse producido una comunicación oficial que a modo particular ya se había trasladado a la federación, el escenario actual «hace necesario mantener la calma».
En este sentido, FAPA ha realizado un llamamiento público tanto a los partidos políticos como a otras organizaciones para no convertir la situación en «un foco de crítica política, producida generalmente con fines más interesados que reales».
Respecto al cierre en sí de los centros, FAPA reconoce que supone un «grave problema» para muchas familias que no cuentan con una situación laboral que permita hacerse cargo de la atención adecuada y por ello considera «necesario» que las administraciones hagan «todo lo necesario para aportar soluciones a esta circunstancia». También aboga por redes de apoyo entre familias y vecinos para evitar utilizar servicios de ludoteca «que no hacen sino trasladar el riesgo de contagio a otros espacios».
FAPA también considera urgente que, desde la Consejería de Educación y en coordinación con los Servicios Sociales autonómicos y locales, se haga un seguimiento de los niños para los que el comedor escolar representa «la única comida mínimamente digna que tienen cada día, ya que en esta situación pueden quedar desamparados».
Otro problema de las familias es la pérdida económica que les puede suponer la suspensión de viajes y excursiones que ya estaban programadas y pagadas. En este sentido, FAPA defiende que las autoridades competentes «han de hacer lo necesario para que estas cantidades sean devueltas por tratarse de suspensiones por causa de fuerza mayor, y así exigiremos que se haga».
Para finalizar, respecto a la pérdida de atención educativa que supone este cierre, la federación ha sostenido que, «sin saber a ciencia cierta cuánto va a durar la situación, es pronto para valorar posibles soluciones». No obstante, ha asegurado que permanecerá en contacto con la Consejería de Educación para tratar este aspecto.
