FACME insiste en que las vacunas «han demostrado ser una herramienta útil para prevenir enfermedad grave»

La Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (FACME), que agrupa a 46 sociedades científicas, ha resaltado que las vacunas contra la COVID-19, al igual que cualquier otro medicamento, ha sido evaluado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y esos datos «son públicos».

«Los ensayos clínicos en miles de pacientes han sido la base para aportar pruebas de eficacia en las que basar la decisión de utilizar las vacunas en la población general» y añade que «para la decisión se tiene en cuenta también el resto del conocimiento científico sobre la enfermedad, el virus, la respuesta inmune y otros», ha destacado Cristina Avendaño, vocal de FACME.

La representante de la FACME resalta que dichos datos, junto con la demostración de su efectividad en la vida real, «han demostrado la efectividad de las vacunas frente a la COVID-19 de forma contundente en la prevención de la enfermedad grave por SARS-Cov-2».

Por otra parte, FACME considera imprescindible informar a la sociedad sobre las enfermedades y los tratamientos, y eso incluye también comunicar las incertidumbres inherentes a cualquier tema sujeto al progreso científico.

«Pero es necesario siempre adaptar el lenguaje científico para evitar generar confusión y dudas infundadas en los ciudadanos sobre unas vacunas que, en este momento, han demostrado ser una herramienta básica para disminuir el número de pacientes graves y muertes por COVID-19», ha destacado la doctora Avendaño.

Respecto a las reacciones adversas, recuerdan que en todos los fármacos se hace un seguimiento exhaustivo a través del Sistema de Farmacovigilancia, que coordina la AEMPS. «En el caso de las vacunas frente a la COVID-19 los ensayos clínicos ya se habían realizado en un número de pacientes superior al que es habitual en otras vacunas y el conocimiento se ha ampliado de forma rápida, debido a los millones de pacientes vacunados y seguidos en un periodo de tiempo corto», ha aclarado la vocal de FACME.

En esta misma línea, subraya que para determinar si problemas médicos como por ejemplo la trombosis o la miocarditis son o no efectos secundarios de las vacunas «es necesario analizar si estos aparecen con más frecuencia tras la vacunación de lo que se esperaba que ocurriera en dicha población antes e incluso antes de la COVID-19, pues algunos de ellos se han asociado a la propia infección por el virus».

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