Exteriores prepara un Plan de Acción para incorporar el enfoque de género en su actividad

El nuevo reglamento de la carrera diplomática incluirá un capítulo de conciliación, que se ha identificado como factor clave

El Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación ha empezado a trabajar en un Plan de acción para incorporar el enfoque de genero en la acción exterior española y, al mismo tiempo, asegurar la coherencia entre lo que se hace fuera de España y la forma de actuar dentro del propio Ministerio.

Así lo ha explicado, en una entrevista con Europa Press, la embajadora en Misión especial para las Políticas de Igualdad de Género y Conciliación del Departamento, Clara Girbau. El objetivo es llegar a tener una política exterior feminista, tal como dijo la ministra, Arancha González Laya, en su comparecencia en el Congreso.

Girbau, que fue nombrada en agosto de 2018, tiene en cuenta las experiencias de otros países como Suecia, Suiza, Canadá, Australia, Francia o Reino Unido. Suecia, que lanzó su «política exterior feminista» en 2014, la basa en tres conceptos: derechos (de las mujeres), representación y recursos, que se aplican sobre un cuarto: la realidad concreta en la que se vive. De hecho, la diplomática admite que aún hay que «trabajar más» sobre lo que es una política exterior feminista «para España».

En todo caso, el plan de acción pretende que la agenda feminista se plasme en la acción exterior no solo en lo relativo a defensa de derechos humanos, cooperación o protección de víctimas de violencia de género –ámbitos donde España hace un trabajo ya muy avanzado–, sino en toda su acción.

Girbau es la responsable de la Unidad de Igualdad de un Ministerio que es paritario en términos globales, pero que no lo es en la carrera diplomática: solo un 27 por ciento son mujeres, un porcentaje que baja según se sube en el escalafón, de manera que apenas un 15 por ciento de los embajadores son mujeres, aunque es un avance si se tiene en cuenta que en 2004 eran solo en 1,16 por ciento.

Aunque las mujeres entraron en la Carrera Diplomática solo en 1971 y hay quienes alegan que la mayor presencia femenina llegará de manera natural, ella tiene claro que la situación no cambiará si no se hace «algo más». «Nunca ha habido una embajadora en Washington, explicas eso y se acaba la discusión», afirma Girbau, que asegura que las resistencias internas, cuando las hay, se deben a falta de información.

Con todo, no cree que sea necesario que el plan de acción llegue a hablar de cuotas. Sí marcará objetivos –está por ver si numéricos– para que se incremente la presencia de mujeres: «Hay que darle un empujón para que no haya marcha atrás». González Laya lo dejó claro en su comparecencia en el Congreso: «Necesitamos mejorar la diversidad de nuestra proyección exterior».

Exteriores ha encargado un diagnóstico de una consultora externa pero, por su experiencia hasta la fecha, la diplomática sostiene que la conciliación es un factor importante que influye, entre otras cosas, en que las mujeres se lo piensen dos veces antes de pedir algunos puestos.

Para la última convocatoria de embajadores se han presentado como candidatos 95 hombres y 15 mujeres.

La propia Girbau, que es africanista y ha desempeñado puestos en Níger y Mauritania con el Servicio Europeo de Acción Exterior, explica que ella misma condiciona sus elecciones por su situación familiar.

Así se aprecia también en los motivos por los que los diplomáticos piden excedencias. En un cuerpo que ronda el millar de funcionarios, de los 114 que están en excedencia, 23 lo están por cuidado de hijos y un 74% de ellos son mujeres. El grueso de las excedencias, 70, responden a interés personal y en un 87% son hombres.

REGLAMENTO PENDIENTE DESDE 2017

La conciliación tendrá un capítulo en el nuevo reglamento de la Carrera Diplomática, pendiente desde 2017 porque el Tribunal Supremo anuló el aprobado en 2014 por falta de negociación colectiva. Otra de las batallas de Girbau es que el próximo plan de igualdad de la Administración General del Estado tengan en cuenta las peculiaridades del sector exterior.

Con todo, ya se han dado pasos, como un programa de teletrabajo y el trabajo por objetivos. Ahora se trata de poner el foco en otras cosas, como el trato que se da a efectos de la carrera profesional a las excedencias por cuidado de hijos o por agrupación familiar, para que no supongan un paréntesis en la carrera.

El problema no es solo de España: «El Servicio Europeo de Acción Exterior tiene dificultades para encontrar candidatas para ser jefes de delegación y para los puestos de dirección», asegura. Una de las vías de acción ha sido impulsar una mayor presencia de mujeres en los niveles intermedios, porque así hay más «masa crítica» para pasar al siguiente nivel, pero aún así hay que ayudar a «dar el salto».

Lo que también está cambiando en los más jóvenes, afirma, es que la conciliación empieza a ser importante para los hombres. «El bienestar de las familias es cada vez más importante», dice, hasta el punto de que cree que el futuro de la carrera va por ese camino, por ofrecer, como hacen las empresas privadas, condiciones de trabajo en el exterior que permitan conciliar la profesión con la familia.

«NO ATENDER A LAS FAMILIAS PUEDE AFECTAR A LAS VOCACIONES»

El Ministerio tiene una Unidad de Familias y, entre otras cosas, una aplicación para facilitar que los cónyuges accedan a ofertas de empleo en el sector privado. «En el Servicio Europeo de Acción Exterior también están dando mucha importancia a los cónyuges, las parejas y familias», porque ven que no atender esto va a afectar el número de vocaciones mucho más que otras cosas», señala.

En atraer vocaciones está trabajando mucho la Asociación de Mujeres Diplomáticas Españolas (AMDE), con la etiqueta «Tú puedes ser diplomática». «Aquí el lenguaje inclusivo tiene una razón de ser, es un trabajo intencionado», señala Girbau. Las nuevas promociones de diplomáticos se acercan a la paridad total, pero no la alcanzan.

El derecho a la vida familiar es lo que también reclama el colectivo LGTBI del Ministerio, que se ha organizado en una Plataforma (Exterior es Diverso). Ambas asociaciones se han reunido esta semana con la nueva ministra.

Girbau reconoce que en muchos ámbitos de la administración no quieren «mezclar la diversidad con el papel de la mujer», que es específicamente el que ella tiene asignado, pero cree que ambas coinciden en una cosa, en que «hacen falta: una mayor diversidad por un mayor aprovechamiento del talento».

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