Expertos destacan los biomarcadores predictivos en diferentes subtipos tumorales para desarrollar tratamientos dirigidos
Los inhibidores de BRAF y MEK podrían tener un papel en las mutaciones de BRAF clase II y III, presentes en tumores como el melanoma, el cáncer de pulmón, la leucemia o el carcinoma urotelial; mientras que HER 2-low es una nueva definición que ha emergido en cáncer de mama y que representa más de la mitad de los tumores que se diagnostican, conocer estos y otros biomarcadores ayuda en el desarrollo de tratamientos más dirigidos y mejores respuestas.
Esta es una de las cuestiones abordadas por el doctor Federico Rojo, jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, en el evento digital Oncología de precisión: actualización en biomarcadores predictivos en distintas patologías , organizado por Pierre Fabre.
En esta sesión, el especialista ha hecho una actualización del estado del arte en dos biomarcadores BRAF en dos escenarios clínicos diferentes como son el melanoma y el cáncer colorrectal para, posteriormente, hablar de HER2 en cáncer de mama.
«En primer lugar, destacan el carcinoma de tiroides y el melanoma, en los que la frecuencia de alteraciones en BRAF es relativamente alta, seguidos de dos entidades poco frecuentes como son las histiocitosis y los carcinomas de intestino delgado y, a continuación, hay un descenso en la frecuencia de en torno un 10% y se observa en carcinoma colorrectal o tumores neuroendocrinos pero en un gran número de histologías», ha afirmado Rojo.
Destaca, sobre todo, la frecuencia de alteraciones en diferentes tipos tumorales y, en concreto, las de clase I o aquellas que se producen en la posición V600 de la proteína BRAF. Esto representa más de la mitad de las alteraciones de BRAF que se pueden encontrar en cualquier histología, alrededor del 65% en melanoma y algo más del 60% en cáncer colorrectal.
«El resto de las alteraciones se distribuyen a lo largo de toda la secuencia del gen y tienen un impacto distinto en la funcionalidad y oncogenicidad de BRAF», ha precisado el ponente, quien ha continuado explicando que hay otras alteraciones de BRAF poco conocidas pero que se están empezando a observar en algunos tumores, sobre todo cuando se emplean métodos de alto rendimiento como la secuenciación masiva.
Se ha referido así a las mutaciones de BRAF no caracterizadas de significado incierto o función no conocida, a las deleciones de BRAF y las fusiones de BRAF. En función del tipo de alteración, se puede llegar a conocer, por ejemplo, la sensibilidad a distintos tratamientos.
«Las mutaciones más frecuentes son V600E, en concreto estas se dan hasta en el 90% de los casos de melanoma, mientras que las mutaciones V600K se observan entre el 10% y el 20%», ha destacado el ponente, quien ha añadido que las mutaciones en BRAF definen «específicamente» un subgrupo de melanomas con un comportamiento clínico y fenotípico clínico particular.
Por otro lado, el especialista ha señalado que el 10% de los cánceres colorrectales presentan mutaciones en BRAF y un 22% de las mutaciones en BRAF son clase II o III, es decir, no son V600. La mutación V600E tiene un fenotipo clínico-patológico característico en este tumor que le otorga un mal pronóstico: ocurre en mujeres de más de 60 años, son tumores de colon derecho, tienen un patrón de evolución de la enfermedad característico y suelen diagnosticarse en estadios avanzados.
Respecto al denominado HER2-low en cáncer de mama. «Abre la oportunidad a nuevos tratamientos dirigidos y se define como aquellos tumores que tienen cierto grado de expresión de HER2 por inmunohistoquímica pero no tienen amplificación demostrada por FISH (hibridación in situ con fluorescencia) y no tienen un patrón de sobreexpresión clásico de tres cruces», ha subrayado.
Los tumores HER2+ representan alrededor del 15-17% de los tumores de mama, mientras que algo más de la mitad se catalogarían como HER2-low. «Es importante porque hay tratamientos que están demostrando actividad en esta enfermedad HER2-low: nuevos anticuerpos monoclonales incluso en combinación con los anticuerpos clásicos que utilizamos en la actualidad en enfermedad HER2+, nuevos conjugados de anticuerpo anti HER2 con diferentes quimioterápicos con datos muy prometedores, anticuerpos biespecíficos o vacunas como vehículo para inmunizar a un paciente contra este HER2», ha concluido.