Expertos destacan las ventajas clínicas de los biomarcadores en Medicina y el riesgo de inequidad en el acceso
Expertos reunidos en una jornada organizada por la Fundación Formación y Futuro han destacado las ventajas clínicas de los biomarcadores en Medicina y el riesgo de inequidad en el acceso a los mismos.
Y es que, en las últimas dos décadas, gracias al extraordinario desarrollo de recursos tecnológicos y a la aportación de la farmacogenética, la inteligencia artificial (IA) o el Big Data, se está experimentando una irrupción masiva de nuevos marcadores que, a pesar de ayudar a superar muchas fronteras médicas y al avance de la medicina preventiva, predictiva y de precisión, también plantea nuevos desafíos.
Sobre estos avances y retos se ha centrado una jornada científica organizada por la Fundación Formación y Futuro, en colaboración con otras importantes entidades del sector sanitario, donde se ha puesto el foco en el acceso a los biomarcadores y su empleo a nivel clínico y de investigación biomédica.
«Un destacado elenco de expertos en diferentes ámbitos de la investigación básica y clínica, así como de otros sectores sanitarios, han mostrado las novedades y controversias en este ámbito, evidenciando las enormes contribuciones que suponen pero también la necesidad de adoptar medidas urgentes y mejoras en el acceso a estos recursos», según ha indicado el presidente de la Fundación, Fernando Casado.
Tal y como ha apuntado el presidente de la Asociación Salud Digital (ASD), Jaime del Barrio, en los últimos años se conocen «muchos más biomarcadores», capaces de predecir y pronosticar mejor, así como de guiar las intervenciones terapéuticas y de evaluar su impacto, todo lo cual nos ayuda a hacer un diagnóstico y tratamiento más personalizado». «Sin embargo, somos casi incapaces de gestionar tanta información», ha recalcado.
La realidad, según el catedrático de Medicina Molecular y director de Investigación del programa de Medicina Internacional en la Universidad George Washington, Fernando Vidal-Vanaclocha, se está en un momento de transición, de la medicina tradicional a una Medicina de Precisión, con una práctica clínica basada en el diagnóstico y tratamiento focalizado en biomarcadores moleculares y genéticos».
«Por lo tanto, esto no es ciencia ficción, es presente, y ya es una realidad cotidiana llevar a cabo estudios basados en biomarcadores para predecir el riesgo y/o para orientar sobre el mejor tratamiento para cada paciente», ha subrayado el director del Laboratorio de Biología Molecular del Departamento de Patología del Hospital Universitario de Vall d Hebron (Barcelona), Javier Hernández Losa.
Sin embargo, esto plantea nuevos desafíos. Entre ellos, Vidal- Vanaclocha ha destacado la necesidad de desarrollar nuevas infraestructuras y modelos organizativos, repositorios de datos, procesos para compartir y analizar estos datos; resolver cuestiones económicas asociadas a la Medicina de Precisión y crear nuevos modelos de negocio que simultáneamente reduzcan los costes y que mejoren la calidad de los cuidados; impulsar la educación de los médicos para que se produzca una exitosa transición de la formación médica tradicional a una fundamentada en la Medicina de Precisión, facilitando así su implementación en la práctica clínica; y establecer cuándo y cómo los médicos deben usar las herramientas genéticas y moleculares en su rutina clínica y de una manera coste-efectiva.
El acceso fácil, universal y equitativo a estos biomarcadores de probada utilidad es, sin duda, uno de los aspectos que más preocupa a los expertos. «Hay mucha inequidad en la incorporación y/o disponibilidad de biomarcadores en España, con diferencias significativas y desajustes no ya solo entre Comunidades Autónomas, sino también entre hospitales grandes y pequeños. Se está luchando para que aquellos biomarcadores que cuentan con una utilidad demostrada se incluyan en la cartera de servicios», ha zanjado la oncóloga del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona), Margarita Majem.