Expertos avisan de que el dolor lumbar inflamatorio puede ser síntoma de una patología grave
El dolor lumbar puede responder a muchas y diferentes causas, desde el compromiso de las estructuras musculares, articulares y óseas de la espalda, hasta otros procesos que provocan un dolor irradiado a esa zona, o incluso ser un signo de una posible enfermedad inflamatoria más grave, alertan expertos reunidos en el webinar El dolor lumbar y las enfermedades inflamatorias , organizado por la Fundación Jiménez Díaz.
«El principal objetivo es difundir y actualizar el concepto del dolor axial inflamatorio, que es un síntoma muy conocido por los profesionales sanitarios, sobre todo por los médicos de Atención Primaria, y tiene una importancia capital para la identificación temprana de enfermedades reumatológicas. A pesar de la enorme complejidad que tiene este síntoma, el médico está preparado para reconocer los signos que hacen saltar las alarmas y obligan a tomar medidas rápidas o a profundizar en estudios más específicos para confirmar a un diagnóstico preciso y poder tratar al paciente de forma certera», ha dicho la especialista del Servicio de Reumatología de hospital madrileño, Javier Godo Brito.
Y es que, el dolor lumbar de tipo inflamatorio puede ser síntoma de patologías graves, por lo que, si no se detecta a tiempo, puede llegar a comprometer la salud y calidad de vida del paciente. «Siempre que se presente un dolor en la columna cuyo factor desencadenante no se pueda identificar, sea persistente, no mejore con medidas básicas y conlleve interrupción o dificultad para conciliar el sueño, es necesario realizar una consulta al médico para estudiar las características de ese dolor y orientar su estudio», ha detallado el experto.
El tipo más común de dolor axial es el mecánico, también denominado lumbalgia mecánica, una de las dolencias más frecuentes en la población general, que se caracteriza por un dolor dorsal o lumbar que se reproduce ante determinados gestos, posturas o movimientos.
«Este cuadro tiene que ver principalmente con los diferentes hábitos y estilos de vida, desde el cuidado personal y la actividad diaria laboral, hasta las posturas que adoptamos, por ejemplo, cuando nos sentamos a leer, a trabajar en el ordenador o a consultar los dispositivos a los que dedicamos cada vez más tiempo», ha subrayado.