Expertos advierten de las consecuencias del «abandono» del tratamiento de enfermedades inmunomediadas en la pandemia
El doctor Eugenio Chamizo Carmona, del Servicio de Reumatología del Hospital de Mérida, ha lamentado que en el inicio de la pandemia los servicios dedicados a la atención de pacientes con enfermedades inmunomediadas se encontraron con diferentes dificultades, entre las que destaca «el abandono del tratamiento por parte de un porcentaje importante de pacientes».
«Otras son la continuidad de la atención presencial o telefónica para evitar dicho abandono, la falta de abastecimiento de algunos medicamentos, la organización del hospital de día, en el que había que asegurar la seguridad frente al coronavirus de los pacientes que precisaban acudir a recibir la medicación intravenosa y cambiar a otras vías de administración, como subcutánea u oral, cuando fuera posible», ha apuntado durante el Foro Digital Gestión del paciente crónico en la Pandemia. Retos de la gestión de las Enfermedades Inmunomediadas , organizado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) y Pfizer.
Desde el servicio de Farmacia Hospitalaria, en palabras de Joaquín Borrás Blasco, del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital de Sagunto y coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Inmunomediadas Inflamatorias de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), ha señalado que el sistema se enfrenta a tres premisas: «el suministro de medicamentos, la coordinación necesaria con el equipo multidisciplinar y el reto de ofrecer la posibilidad de la dispensación domiciliaria de los tratamientos, manteniendo la equidad en este servicio para todos los pacientes».
En la labor de atención a los pacientes con enfermedades inmunomediadas durante la pandemia, ha sido y está siendo fundamental la labor de los hospitales de día. «Nos permiten garantizar la asistencia con un equipo multidisciplinar en el que la enfermera o enfermero son una pieza clave», explica Ana Gutiérrez Casbas, del Servicio de Digestivo del Hospital Universitario General de Alicante.
La pandemia ha «obligado» a utilizar de forma más generalizada la telemedicina, la teleasistencia y la telefarmacia. No obstante, este uso ha puesto de relieve algunas necesidades de mejora. En palabras de Eugenio Chamizo, «la consulta telefónica está implementada en muchos servicios desde hace tiempo, pero la telemedicina es diferente y más compleja». «La telemedicina debe ser un complemento de la consulta presencial y, para su correcta utilización, son necesarias herramientas tecnológicas que permitan conocer el punto de vista del paciente y añadan valor a la asistencia», ha agregado.
A este respecto, para Ana Gutiérrez Casbas, se debe analizar la ratio que debe haber de un tipo y otro de consulta: «Se debe estudiar primero si el paciente está estable, dado que en caso contrario son necesarias las consultas presenciales. Además, es necesario establecer el porcentaje de consultas que se deben hacer en formato presencial y el de aquellas que se pueden realizar de forma telemática».
Sin duda, la telemedicina es una oportunidad, si bien tiene diferentes áreas de mejora, que Joaquín Borrás resumen en tres: «Se debe mejorar la comunicación entre pacientes y profesionales y, para ello, es necesario la formación, se requieren recursos tecnológicos y la coordinación entre los diferentes servicios asistenciales, incluyendo la Farmacia Hospitalaria».