Expertos abogan porque las autoridades supervisen el tratamiento de los datos sanitarios electrónicos personales
Ante la futura creación del Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS), que se votará a finales de este mes en el Parlamento Europeo, diferentes expertos han apuntado que las autoridades de control deben «seguir teniendo las competencias de supervisar el tratamiento de los datos sanitarios electrónicos personales y de abordar las reclamaciones presentadas por personas físicas».
«Este Espacio europeo de datos sanitarios se basa en su uso primario en las posibilidades que ofrece el RGPD sobre el uso de datos médicos electrónicos personales para el diagnóstico médico, la prestación de atención o tratamiento de la salud o la gestión de los sistemas y servicios sanitarios», ha señalado el vocal coordinador de la Unidad de Apoyo y Relaciones Internacionales de la Asociación Española de Protección de Datos (AEPD), Jesús Rubí Navarrete, durante el XXIX Congreso de Derecho Sanitario.
En cuanto a su uso secundario, este «se permite para la investigación científica de atención o tratamiento de la salud, o la gestión de los sistemas y servicios sanitarios», ha explicado Rubí. Este uso secundario debe ofrecer las medidas adecuadas y específicas «para salvaguardar los derechos y libertades de las personas físicas». Así, las autoridades de control son las encargadas de hacer cumplir estas normas, ha apuntado.
En tercer lugar, Rubí ha destacado que los estados tendrán que crear un organismo de acceso para el uso secundario que debe «garantizar que los titulares de los datos pongan a disposición de los usuarios datos electrónicos».
Así, este organismo debe hacer un esfuerzo «para ampliar la disponibilidad, apoyar el desarrollo de la inteligencia artificial en la salud y promover el desarrollo de normas comunes». Para ello, «deben aplicar las técnicas que garanticen el tratamiento de los datos, incluidas aquellas de pseudonimización, anonimización, generalización, supresión y aleatorización de los datos personales», ha finalizado.
Por otra parte, el vicepresidente de la Asociación Europea de Datos Sanitarios y miembro de la Asociación Española de Datos Sanitarios, Joaquín Cayón, ha advertido de las contradicciones y solapamientos del EEDS con otras normas europeas y ha expresado la necesidad de su armonización. Además, ha presentado las medidas que son necesarias para llevar a cabo la implementación del uso secundario en el ordenamiento jurídico de nuestro país.
Entre las oportunidades que presenta la propuesta de reglamento, Cayón ha destacado las del sector asistencial. Estas oportunidades permitirían la mejora en la prevención y el diagnóstico, así como avanzar en la mejora de los tratamientos médicos personalizados.
Actualmente, según ha apuntado Cayón, España se rige por el modelo Helsinki, que se basa «en la primacía de la privacidad, el consentimiento y la anonimización». El cambio al GDPR supondría que la primacía pase a ser del interés público, «a través de la pseudonimización, el consentimiento amplio y el uso secundario de los datos», ha afirmado.
El vicepresidente del Comité Permanente de Médicos Europeos, el doctor Ole Johan Bakke, ha señalado que el EEDS «no puede comprometer la ética médica, la confidencialidad y el secreto profesional».
«Es necesario abordar los nuevos riesgos de responsabilidad en las historias clínicas digitales. Los médicos solo pueden ser responsables de los datos que hayan insertado en dichas historias.Las rutinas de trabajo administrativo están aumentando y quitan tiempo a la atención del paciente», ha afirmado. Por ello, desde el CPME consideran que deben excluirse los consultorios médicos pequeños de la disponibilidad de datos para uso secundario.
Asimismo, ha recalcado que «los costes de digitalización no pueden recaer sobre los profesionales, por lo que, para el CPME, la digitalización debe seguir siendo voluntaria». «Los Estados miembros deben decidir sobre el enfoque de uso secundario de los datos debido a la fragmentación de la asistencia sanitaria, las tradiciones culturales y las objeciones éticas. Es necesario garantizar la calidad de los datos en las historias clínicas digitales», ha apuntado.
En definitiva, para el doctor Bakke, «la economía de los datos no debe conducir a un acceso desigual a la asistencia sanitaria».