Experto insiste en que es «una obligación» de los médicos del paciente diabético enviarlos al oftalmólogo
MADRID, 25
Es una «obligación» del paciente diabético y de los médicos de Primaria y endocrinos enviarlos al oftalmólogo para evaluar su retina y su ojo y evitar la retinopatía diabética, ha especificado el catedrático de Oftalmología de la Universidad de Sevilla, el doctor Antonio Piñero Bustamante.
«En la actualidad existe la idea, ante la enorme carga que deben soportar los hospitales, que podría bastar con una retinografía», ha agregado el doctor Piñero, que, aunque ha reconocido que la telemedicina «ha hecho un despistaje muy eficaz entre la población diabética, en Andalucía de 500.000 diabéticos, el 12 por ciento tenía retinopatía diabética». «Es el oftalmólogo el que debe valorar la retina y el ojo del diabético», ha resumido el experto.
«Lo que siempre aconsejamos, tras esta primera consulta, en los diabéticos tipo 1 a los dos años de diagnóstico y en los diabéticos tipo 2, controles cada dos o tres años si no hay ningún otro factor de riesgo y, si es un tipo dos joven, de 30 o 40 años, antes», ha especificado el experto.
La retinopatía diabética es una enfermedad ocular cuyo origen se encuentra en la diabetes y es la tercera causa de ceguera irreversible en el mundo. Se estima que el 35 por ciento de las personas afectadas de diabetes acabarán desarrollando una retinopatía diabética y más de un 1.600.000 de personas con diabetes tienen problemas de visión en España, la gran mayoría por retinopatía diabética.
El cuadro de retinopatía diabética que se ve con más frecuencia es el edema macular diabético, según el doctor Piñero. La retina tiene una densa red de capilares en el área de la retina macular, que es el área con la que mejor agudeza visual se tiene y, por otro lado, la diabetes altera la permeabilidad de esos capilares, lo que origina el edema macular.
El edema incapacita mucho pues el paciente pierde la visión central. La Federación Internacional de la Diabetes estima que la prevalencia del edema macular se sitúa en un 11 por ciento, pero que a los 20 años de enfermedad puede llegar al 29 por ciento.
Por otro lado, en un alto porcentaje de pacientes diabéticos sucede el glaucoma, que provoca ceguera por atrofia óptica o por un cuadro de atrofia óptica puramente isquémica.
«Así, es necesario implicar a la sociedad y a los poderes del Estado. Porque el problema es que en los últimos 20 años se ha duplicado el número de ciegos por diabetes y, de igual manera, la pérdida de visión moderada o severa también se duplicó en el mismo tiempo», ha reivindicado el doctor Piñero.
Además, ha apuntado que esta situación de ceguera o pérdida de visión severa o moderada hay que entenderla «como una ceguera evitable». «Y eso es un problema para el sanidad de los países desarrollados porque tiene un impacto directo no sólo en la salud, sino en la asistencia social, y la sociedad en general, con una enorme carga económica que alcanza cifras de miles de millones de euros porque afecta a la calidad de vida, la independencia de los pacientes o el empleo», ha agregado el experto.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
El doctor Piñero ha señalado que muchas comunidades tienen un plan enfocado al diagnóstico precoz de la retinopatía diabética en muchas comunidades. «En los centros de salud se pusieron retinógrafos no midriáticos con los que obteníamos imágenes del fondo de ojos de los pacientes con diabetes», ha explicado el experto.
Además, «los médicos de Primaria recibieron cursos para interpretar las retinografías y cuando surgía alguna duda las enviaban a sus hospitales de referencia donde el oftalmólogo interpretaba la imagen y decidía si había que ver o no al paciente en el servicio», ha agregado Piñero.
En cuanto al tratamiento, el experto ha aludido a la fotocoagulación con láser que «ha sido durante muchos años el único tratamiento posible». «Hoy lo seguimos aplicando, pero en casos contados», ha confirmado el doctor Piñero.
«En la actualidad han surgido fármacos anti-VEGF, antiangiogénicos, que han supuesto un importante avance en el tratamiento porque el cuadro más frecuente es el edema macular y con estos fármacos lo controlamos y el paciente mantiene mejores agudezas visuales», ha concluido el experto.