Experto destaca la utilidad de los anticuerpos bi-específicos en los linfomas agresivos

Los datos preliminares de los anticuerpos bi-específicos (se producen en el laboratorio y pueden unirse a dos antígenos diferentes al mismo tiempo) en pacientes con linfoma B difuso de células grandes (LBDCG) en recaída o refractarios en recaída o refractarios son «muy buenos», según ha informado el presidente del Comité Científico del Grupo Español de Linfomas (GELTAMO) y vicepresidente primero de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), Armando López Guillermo, en el marco de la Reunión Anual de GELTAMO 2021.

De hecho, prosigue, ya hay en marcha ensayos clínicos para usarlos en fases más iniciales de la enfermedad y en otros tipos de linfomas, aunque por el momento no han sido aprobados por las agencias reguladoras.

Algunos de estos anticuerpos bi-específicos en experimentación también pueden ser útiles en el linfoma de células del manto, que representa el seis por ciento de todos los linfomas B y tiene un comportamiento clínico agresivo.

«Otro nuevo fármaco que se está incorporando al arsenal terapéutico de este linfoma es venetoclax (anti-BCL2), una 2 pequeña molécula de acción específica que deja atrás la quimioterapia, al igual que ya ocurrió con ibrutinib y lenalidomida», ha detallado el experto.

También se añaden procedimientos más complejos, como la terapia CAR-T, con excelentes resultados. En este sentido, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha aprobado recientemente el uso de Tecartus, un CAR-T comercial anti CD-19 para pacientes con linfoma de células del manto en recaída o refractarios, que está pendiente de aprobación por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.

Otro asunto abordado en la Reunión Anual de GELTAMO 2021 ha sido el uso de la biopsia líquida (prueba analítica que se realiza en una muestra de tejido biológico no sólido, principalmente sangre) en el abordaje del linfoma folicular, un tumor maligno de bajo grado de malignidad o indolente que, sin embargo, presenta un cierto riesgo de convertirse en un linfoma agresivo.

«La biopsia líquida, todavía en experimentación, «podría permitir determinar la enfermedad mínima residual de manera mucho más fina que con las técnicas convencionales y hacer un diagnóstico preciso con un sencillo análisis de sangre, especialmente útil en las recaídas. Los datos del perfil mutacional obtenidos en la sangre podrían representar la realidad del linfoma mejor que la muestra particular de un determinado ganglio linfático», ha apuntado López Guillermo.

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