Experto de la AEMPS insta a que la innovación llegue a los pacientes pero siendo sostenible para el sistema sanitario
César Hernández García, responsable del Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha instado a que la innovación en medicamentos llegue a los pacientes pero siempre siendo sostenible para los sistemas sanitarios.
«Estamos en ese punto de cómo hacemos que la innovación se traduzca en acceso y que sea sostenible. Indudablemente, va a suponer un desafío. Esa innovación tiene que llegar porque si no sería inútil, pero tampoco puede reventar los sistemas sanitarios», ha explicado durante su intervención en Diálogos PHC , una serie de coloquios organizados por la compañía Roche que tiene como objetivo abordar la realidad de la medicina personalizada de precisión desde distintas perspectivas.
Con la llegada de esta nueva innovación, el experto de la AEMPS considera que todos los agentes del sistema se van a enfrentar a «cómo hacer posible que esta innovación se traduzca en algo que sea accesible para los pacientes».
Junto a Carmen Ruiz-Villar Fernández-Bravo, responsable del Departamento de Productos Sanitarios de la AEMPS, el experto ha abordado cuestiones como de qué forma se aborda desde la regulación de los medicamentos y productos sanitarios la nueva realidad que supone la medicina personalizada de precisión; cuál es el valor añadido que los productos sanitarios dan a los fármacos dentro de la medicina personalizada o cómo se debe enfocar la innovación para garantizar ese acceso de los pacientes a las mejores terapias y a los diagnósticos más precisos.
El avance de la digitalización está cambiando los sistemas sanitarios y abriendo un abanico de posibilidades para optimizar todas las vertientes del cuidado de la salud y la investigación biomédica, dentro de un nuevo ámbito que se conoce como medicina personalizada de precisión. Esta nueva realidad afecta a todas las esferas de la sanidad: a la prevención, la asistencia y el tratamiento, el seguimiento de los pacientes o la relación médico-paciente, pero también al proceso de I+D de los nuevos medicamentos y al papel de las autoridades sanitarias y las agencias reguladoras.
Para César Hernández, la medicina personalizada es cada vez más una realidad. «Estamos llegando a ese momento en el que vamos a pasar de la teoría a la práctica. Durante mucho tiempo decíamos que lo de la medicina personalizada era el futuro. Es el momento ahora en que se empieza a ver la aproximación», ha indicado.
Por su parte, Ruiz-Villar Fernández-Bravo ha alabado las «ventajas» de este nuevo tipo de medicina. «Cuando hablamos de medicina personalizada, desde mi punto de vista todo lo que implique poder identificar mejor a la población diana o dirigir el medicamento a una parte específica del cuerpo para que los efectos adversos sean menores son grandes ventajas», ha resaltado.
«Si a eso añades el seguimiento en remoto de los pacientes, tan importante en tiempos como este, son todo ventajas grandes en incluir todos estos productos sanitarios en la medicina personalizada», ha remachado.
Por otra parte, ambos expertos de la AEMPS han mostrado la colaboración de las autoridades reguladoras con la industria farmacéutica, aunque instándole a seguir avanzando en el diálogo y las sinergias.
«Le pido a la industria estar abierta a pensar en nuevas fórmulas de desarrollo de producto. Los pacientes y los reguladores también tenemos que estar abiertos, pero no podemos sentarnos en una mesa y jugar una partida competitiva, sino colectiva, porque uno puede ganar la primera mano pero la segunda se romperá por algún sitio», ha pormenorizado.
En este sentido, Ruiz-Villar Fernández-Bravo ha instado como administración a ayudar y canalizar a la industria para que «algunos proyectos lleguen a ver la luz». «Me parece importante que no sea innovación por innovación, sino que tenga un valor añadido para mejorar la calidad de vida, tratamientos de pacientes, eficacia de un medicamento o evitar efectos graves de un producto. Abogaría por ese ojo de la industria para identificar los proyectos y el diálogo entre los diferentes actores», ha concluido.