Experto asegura que la comunidad científica tiene las herramientas «más poderosas» para la investigación biomédica

El descubridor de los sistemas CRISPR en bacterias e investigador de la Universidad de Alicante, Francisco J. Martínez Mojica, ha asegurado que, gracias a los procariotas, la comunidad científica tiene las herramientas «más poderosas jamás disponibles» para la investigación biológica y biomédica.

«El uso de CRISPR-Cas como agentes terapéuticos en humanos parece muy prometedor para abordar los principales desafíos en la práctica clínica», ha dicho, para recordar cómo «la identificación de proteínas asociadas al sistema CRISPR y la revelación de que las secuencias de intervención repetida (denominadas espaciadores) parecían ser incompatibles con secuencias coincidentes en elementos genéticos móviles (especialmente en virus, sugiriendo una función defensiva) impulsaron la investigación sobre CRISPR-Cas».

Como consecuencia de esos logros, prosigue el experto, pronto se demostró su papel como sistema inmune adaptativo para una variedad de microorganismos modelo y se desveló el mecanismo de acción.

«La combinación única de versatilidad y viabilidad de los diversos componentes CRISPR-Cas permite una variedad de aplicaciones, no solo en el organismo portador nativo sino también en hospedadores heterólogos (procariotas o eucariotas)», ha añadido durante el simposio internacional Aplicaciones de edición genética en la investigación y terapia sobre enfermedades raras , organizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) y la Fundación Ramón Areces.

Por su parte, el profesor de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) Matthew Porteus ha anunciado que ya hay planes para iniciar ensayos clínicos de corrección de genes para enfermedades de células falciformes (con hemoglobina anormal) y que tendrán lugar entre un año y año y medio; mientras que Pietro Genovese, que trabaja en el laboratorio San Raffaele Telethon Institute for Gene Therapy con sede en Milán (Italia), ha adelantado que están desarrollando modelos preclínicos ad-hoc para corregir en el futuro de una forma segura y efectiva varios trastornos hematológicos.

De momento, tal y como ha explicado Genovese, los expertos están trabajando en la enfermedad SCID-X1 «mediante la edición genética dirigida de HSPC murino con reactivos de edición optimizados y protocolos de tratamiento para cumplir los requisitos identificados con HSPC humana.

IMITAR ENFERMEDADES GENÉTICAS

Asimismo, durante el encuentro, el experto en genómica funcional de la Universidad de Estrasburgo y responsable del programa Phenomin, Yann Herault, ha presentado el beneficio de usar CRISPR-CAS9 para generar variantes de número de copias y para imitar enfermedades genéticas debido a la variación en la dosificación de genes, como sucede en el síndrome de Down.

Además, el científico Marc Güell ha hablado de su experiencia en el uso de la edición de genes para hacer del xenotrasplante una realidad clínica. «Utilizamos herramientas CRISPR para erradicar todos los retrovirus endógenos de un genoma de cerdo y estamos haciendo cerdos transgénicos con hasta 12 ediciones de genes relacionados con el sistema inmune», ha destacado.

Del mismo modo, el doctor del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB) y experto en el uso de células troncales pluripotentes inducidas (iPS), Ángel Raya, ha explicado que los estudios de asociación de genoma completo (GWAS) proporcionan información enorme en cuanto al riesgo genético de enfermedad.

«Las metodologías eficientes para recrear translocaciones cromosómicas asociadas al cáncer tienen una gran demanda como herramientas para investigar cómo estos eventos inician el cáncer. Las herramientas CRISPR-Cas9 se han utilizado para reconstruir la genética de estos complejos reordenamientos, manteniendo la arquitectura y los elementos reguladores. Para ello, comparamos diferentes estrategias destinadas a mejorar la eficacia de las translocaciones mediadas por CRISPR en células madre y primarias humanas», ha añadido el doctor del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) Raúl Torres.

El bioinformático del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), Juan Carlos Oliveros, ha abogado por una mayor colaboración entre los investigadores de ciencias de la vida y los bioinformáticos. «La tecnología CRISPR-Cas evoluciona muy rápido y aparecen nuevas variantes a diario. Deben crearse o adaptarse nuevas aplicaciones bioinformáticas para cumplir con estos nuevos desafíos técnicos. Para tener éxito, se requerirá una estrecha cooperación entre ambos campos», ha apostillado.

Por su parte, el coordinador del simposio y miembro del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y del CIBERER, Lluís Montoliu, ha comentado que las técnicas de edición genética con CRISPR han permitido generar modelos animales «mucho más específicos» de las enfermedades raras que investigan, lo cual les hará avanzar en su comprensión y tratamiento.

«La aplicación de las técnicas de edición genética en terapia génica no ha hecho más que empezar. Se abre un futuro esperanzador para el desarrollo de tratamientos innovadores para muchas enfermedades raras», ha zanjado el coordinador adjunto del encuentro y doctor del Centro de Investigaciones Energéticas y Medioambientales (CIEMAT) y del CIBERER, José Carlos Segovia.

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