Experto advierte de que el sistema de vigilancia epidemiológica de la gripe «no se puede aplicar» al VRS
El catedrático en Enfermedades Infecciosas y profesor de Pediatría en la Universidad Estatal de Medicina de Ohio (Estados Unidos), Octavio Ramilo, enfocado especialmente a infecciones respiratorias como el virus respiratorio sincitial (VRS), ha defendido que «el método que se usa para vigilar la gripe no se puede aplicar de forma exacta al VRS».
«En la pandemia hemos aprendido la importancia de vigilar las enfermedades respiratorias. A veces se ha intentado utilizar el método en marcha de la gripe para vigilar también el VRS, y eso no puede ser, porque el método que usamos para la gripe y las definiciones de gripe no se pueden aplicar de forma tan exacta al VRS», ha especificado el experto durante el encuentro Light on Vax VRS , organizado por Sanofi. Por ejemplo, ha recordado que la fiebre es «muy frecuente» en la gripe, pero no en el VRS, sobre todo en los niños más pequeños.
Así, ha insistido en la importancia de crear un sistema de vigilancia específico para el VRS y de activar estrategias de prevención que eviten futuras complicaciones y alivien la carga del virus en el sistema asistencial. «Sería ideal que el Ministerio de Sanidad crease un sistema de vigilancia epidemiológico específico del VRS», ha sugerido.
Tal y como se ha puesto de manifiesto durante el encuentro organizado por Sanofi, el VRS es el responsable de la mayoría de las bronquiolitis y neumonías entre bebés menores de un año y la causa de hospitalización más frecuente en lactantes.
En España, las infecciones respiratorias causadas por el VRS colapsan las salas de urgencias pediátricas. En el caso concreto de las bronquiolitis, el 87 por ciento se tratan exclusivamente en Atención Primaria (AP), pero, aun así, el sistema de salud español sigue sin contar con protocolos y criterios homogéneos de diagnóstico de VRS en AP.
En los primeros dos años de vida, el 90 por ciento de los niños se han encontrado con el VRS. Esta cifra sube al 100 por ciento cuando se llega a los tres años. Además, la gran mayoría de los pequeños que ingresan por VRS son sanos, sin patologías previas, encontrándose la edad media de ingreso entre los 3 y 4 meses.
«DESAPARICIÓN» DEL VRS POR LA COVID-19
Además, se trata de un virus estacional que aparece en la temporada de otoño-invierno. El doctor Ramilo ha achacado la «desaparición» del VRS en la pasada temporada a las medidas de control contra la Covid-19 y al hecho de que los niños no fueran al colegio y que, por tanto, no se juntasen con otros niños.
«Esos niños en edad escolar, de 3 a 5 años, se infectan, con síntomas muy leves; traen el virus a casa e infectan al lactante, que puede desarrollar una bronquiolitis. Este año, en cambio, por las medidas de contención de la Covid se ha producido una falta de circulación», ha abundado.
Por otro lado, al quedar la población aislada y no ir a los lugares de trabajo, se reduce la transmisión. «Ahora que hacemos una vida más normal, sería muy extraño que no volvamos a tener unos picos importantes de VRS en los próximos meses», ha avisado. Además, ha mencionado la evidencia reciente de coinfecciones de VRS y SARS-CoV-2, pero ha avisado de que de momento «son poco frecuentes». «Necesitamos más estudios para entender las implicaciones clínicas de las coinfecciones virales», ha apostillado.
Así las cosas, el doctor ha insistido en la importancia de realizar un diagnóstico viral a estos pacientes. «Lo niños que se hospitalicen tienen que tener un diagnostico viral, porque así podemos dirigir mejor los tratamientos», ha reclamado.
Finalmente, la pediatra Rosa Rodríguez ha puesto en foco en la gran cantidad de recursos, tanto ambulatorios como hospitalarios, que consume esta enfermedad, y ha criticado la falta de concienciación sobre la misma.
«Los pediatras no hemos sabido contar bien la importancia de la enfermedad que produce el VRS. De hecho, hablamos de catarro o síntomas catarrales, pero no de lo realmente importante: la falta de camas en invierno, o la enorme carga de la enferemdad», ha lamentado la experta.
«Qué pasaría si en Medicina Interna, cada invierno, tuvieran una epidemia de pacientes respiratorios y, de ellos, se enviaran al 20 por ciento a la UCI?», se ha preguntado la pediatra. «Creo que no hemos sabido explicarlo bien a las autoridades. A veces, cuando hablamos los pediatras, me da la sensación de que minizamos la enfermedad», ha concluido.