Experta recuerda que la edad de la primera regla o de la menopausia pueden ser factores de riesgo en el cáncer de mama
Con motivo del Día Internacional contra el Cáncer de mama, la ginecóloga Esther Suárez Agustín, de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional, recuerda que «se trata de una enfermedad multifactorial» y que, entre los factores no genéticos que influyen en su aparición, se encuentran la edad de la primera menstruación o de la menopausia.
La ginecóloga explica los factores de riesgo y sus dos grandes grupos. En cuanto a los no genéticos, además de la edad de la menarquia (primera menstruación) y la edad de la menopausia, influyen la edad a la que se tiene el primer hijo o no tenerlos, la lactancia materna, el sobrepeso y el estilo de vida (consumo de alcohol, tabaco, actividad física y el tipo de alimentación).
Además, la especialista advierte de que el uso de terapias hormonales sustitutivas en la menopausia, en el caso de que sean prolongadas en el tiempo, también se ha asociado a mayor riesgo.
Otros de índole diferente serían los antecedentes personales de biopsias previas de mama, que, según el resultado, aunque sean benignas, confieren un mayor riesgo para esas pacientes de desarrollar un cáncer en el futuro (hiperplasias, papilomas y cicatrices radiales). Igualmente, los antecedentes de irradiación terapéutica sobre la pared torácica a edades tempranas (cómo en el caso de linfomas, por ejemplo).
Finalmente, reconoce la especialista, la densidad del tejido mamario, que se visualiza en una mamografía, también es un factor a tener en cuenta, ya que, si esta densidad es alta y sobre todo en mayores de 50 años, el riesgo sería entre 2 y 6 veces mayor. «Como podemos apreciar, algunos de estos factores son modificables, lo cual es muy importante a la hora de una prevención primaria», destaca la doctora.
Según la doctora Suárez Agustín, es «muy importante» seleccionar bien a las pacientes de alto riesgo para saber qué pruebas se deben hacer o cuándo empezar. «Todo ello para poder diagnosticarlas de forma temprana y tener como objetivo final aumentar la supervivencia y la calidad de vida», indica.
El otro gran grupo de factor de riesgo son los genéticos, entre un 5-15 por ciento de los cánceres de mama son hereditarios. Suelen afectar a varios miembros de la familia y es más frecuente que ocurran a edades tempranas.
«Los genes de alta penetrancia son poco frecuentes, pero la paciente que los presenta tiene un riesgo 4,5 veces mayor de padecer el cáncer. Y los genes de baja penetrancia, que están muy presentes en la población general y aumentarían el riesgo de padecer un cáncer de mama entre un 1,1 y un 1,4», matiza Pérez Agustín.
Según la especialista en tratamientos de los diferentes tipos de cáncer ginecológicos de la Unidad de la Mujer, con el estudio de todos estos factores, lo que se pretende es individualizar «al máximo» y personalizar la medicina. Si existe bajo riesgo, el cribado de las pacientes sería diferente. Sin embargo, en aquellas de alto riesgo, el seguimiento con mamografías, ecografías mamarias y resonancia magnética «se hace imprescindible». «Como novedad, se están empezando a introducir técnicas como las mamografías con contraste o las resonancias magnéticas abreviadas», concluye.