Experta asegura que la abdominoplastia es la mejor solución para la diástasis patológica
La especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Quirónsalud Valle del Henares, Paloma López Cabrera, ha asegurado que la abdominoplastia es la mejor solución para la diástasis patológica.
La diástasis patológica se produce cuando los músculos rectos del abdomen tienen una separación superior a los 3 centímetros. Cuando esto ocurre, la fascia fibrosa entre ellos, aunque es muy resistente, pierde tono y el contenido visceral se encuentra en esta zona, funcionando en la práctica como una hernia.
Aunque alrededor del 70 por ciento de los casos ocurre tras un embarazo debido al aumento de la presión dentro del abdomen por el crecimiento del útero, hay otras causas como la obesidad, el esfuerzo excesivo debido a actividad física intensa o incluso, aunque menos frecuente, una diástasis congénita.
Si bien este tipo de cirugía es realizada tanto por cirujanos plásticos como por cirujanos generales, en la mayor parte de los casos existe exceso de piel previo a la intervención, y en los que no, aparece con mucha frecuencia tras corregir la separación muscular, por lo que la corrección de este exceso requiere, generalmente, de cirugía plástica.
La técnica empleada para la operación es la abdominoplastia, una cirugía que oscila entre 1,5 y 3 horas, en función de la complejidad del caso, bajo anestesia general. Durante la intervención se corrige la separación entre los músculos mediante puntos de sutura, precisando en una minoría de casos -por debilidad de los tejidos- de colocación de malla abdominal para reforzar.
A continuación, se realiza la extirpación del exceso de piel, paso que es necesario en la mayoría de los casos, dado que este tejido también ha sufrido dilatación durante el proceso. Se colocan drenajes para evitar el acúmulo de líquido en la zona operada o seroma.
Finalmente, la experta asegura que tras la operación y durante las primeras 4-6 semanas es «muy recomendable» usar una faja compresiva que limite la inflamación y proteja la reparación de la herniación. Es por ello por lo que, durante este tiempo, no es posible realizar ejercicio físico, esfuerzos ni carga de pesos.
En este sentido, la doctora ha informado de que los riesgos generales a esta cirugía son el sangrado, la infección o la dehiscencia de la herida si se abre algún punto, aunque generalmente son poco frecuentes y con «sencilla» resolución; mientras que los beneficios consisten en la mejora significativa de las digestiones, el dolor de espalda y los problemas relacionados con la debilidad del suelo pélvico. Además, estéticamente desaparece el aspecto abombado del abdomen y la piel flácida desaparece.