Experta apunta que la COVID-19 persistente puede ocasionar «gran discapacidad» laboral, social y familiar
La doctora Pilar Rodríguez Lego, coordinadora de la línea COVID-19 persistente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), ha apuntado que esta afectación multiorgánica, que puede expresarse en 201 síntomas diferentes, produce en los pacientes una «gran discapacidad, que se aprecia de forma más intensa en el área laboral, familiar y de ocio en más del 70 por ciento de los afectados».
Entre los síntomas que generan mayor discapacidad se encuentran la astenia, la cefalea y las mialgias, así como la aparición de síntomas psicológicos y emocionales, según ha resaltado esta experta con motivo del curso Actualización en COVID-19. ¿Y después de la pandemia? , organizadas por la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML) en el marco de sus Jornadas del Comité Científico.
Se calcula que un 10-15 por ciento de los pacientes que han sufrido un contagio por el SARS-CoV-2 no se recuperan completamente y desarrollan COVID-19 persistente, lo que representaría alrededor de un millón de afectados en España.
Esta entidad puede afectar a cualquier persona independientemente de su edad, sexo y condición, aunque en general, afecta a pacientes que en el 50 por ciento de los casos tienen edades comprendidas entre los 36 y 50 años, de sexo femenino (79-80 por ciento) y que mayoritariamente no tienen comorbilidades asociadas previas a la COVID-19.
La guía clínica para la atención al paciente Long COVID/COVID-19 persistente , en cuya redacción ha colaborado la SEQCML, define esta entidad como un complejo sistémico multiorgánico que afecta a aquellos pacientes que han padecido la COVID-19 y que permanecen con sintomatología tras la considerada fase aguda de la enfermedad, pasadas 4 e incluso 12 semanas, persistiendo los síntomas en el tiempo.
«Para el correcto abordaje de una enfermedad con afectación multiorgánica como la COVID-19 persistente es necesario un enfoque integral con participación de distintas especialidades, entre ellas la Medicina de Laboratorio», señala el doctor Luis García de Guadiana Romualdo, miembro de la Comisión de Magnitudes Biológicas relacionadas con la Urgencia Médica de la SEQCML y coordinador del curso. Así, la exploración inicial del paciente se completa con pruebas complementarias, incluyendo las pruebas de laboratorio.
«En la actualidad no se dispone de pruebas diagnósticas de laboratorio específicas para el diagnóstico de la COVID-19 persistente, pero las pruebas de laboratorio sí pueden ser herramientas útiles para descartar otros posibles diagnósticos y secuelas órgano-específicas de una infección grave por COVID-19», añade al respecto. Además, se están investigando marcadores como el KL-6 (Krebs von den Lungen 6) para valorar su utilidad en pacientes que desarrollan fibrosis pulmonar post COVID, afirma este experto.
Respecto a las causas por la que se produce la COVID-19 persistente, a falta de estudios que aporten evidencia sobre su etiopatogenia, la doctora Rodríguez comenta que se han propuesto tres mecanismos implicados en la misma.
Por una parte, por la persistencia del virus en el organismo, originando una infección latente o crónica. Por otra, porque la infección aguda desencadena una tormenta inflamatoria o «tormenta de citoquinas» por el virus completo o fragmentos de este en su fase aguda o acantonada.
«Este evento es una característica inmunopatológica de COVID-19 asociado a la gravedad de la enfermedad en su fase aguda y a la persistencia de síntomas», aclara.
Y, por último, debido a la disfunción inmunológica generada por el desarrollo de autoanticuerpos COVID 19 que pueden actuar contra proteínas inmunomoduladoras y causar un deterioro del control virológico. Asimismo, distintos estudios sugieren también la implicación de alteraciones nutricionales diversas (omega 3, vitamina B12, vitamina D, entre otros), metabólicas y la microbiota,asociadas a la COVID-19 persistente / Long COVID.