Experta advierte de que un mal cuidado de la piel en el paciente diabético puede llevar a graves riesgos como gangrena
La piel de las personas con diabetes tiende a sufrir alteraciones de la barrera cutánea que se traducen en sequedad, picor e incluso infecciones, y puede llegar a generar graves problemas como la gangrena o amputación de miembros, según ha advertido la dermatóloga Paz Cerdá en el webinar La importancia del cuidado de la piel del paciente diabético , organizado por el Consejo General de Enfermería y CeraVe.
«El mayor riesgo que existe en la piel de un paciente diabético es la necrosis, es decir, la gangrena de partes distales, que pueden llegar incluso a la amputación», ha comentado Cerdá, dermatóloga y directora de una clínica dermatológica en Zaragoza.
Por ello, ha señalado la importancia de la concienciación del cuidado de la piel en estos pacientes. «Por tanto, tenemos que enseñar al paciente diabético que su piel tiene que ser cuidada como cualquier otro órgano. Con cuidados higiénicos, una súper hidratación enfocada a restaurar esa barrera cutánea, y cómo tratarse los pies. Es clave que eduquemos desde la infancia», ha puntualizado la dermatóloga.
«Es importante la medicación del diabético para controlar su glucemia, pero también es importante enseñarles cómo cuidar esa piel para que no empeore las circunstancias como las úlceras». Así, ha llamado a educar sobre los cosméticos y los cuidados generales de la piel
En cuanto al pie diabético, ha señalado que los pies deben estar mimados y «ultracuidados» en personas con diabetes. «Incluso los podólogos tienen que estar formados para no ser excesivamente agresivos en quitar las durezas y nunca quitar las cutículas, ya que un pie de diabético mal cuidado puede acabar en amputación», ha insistido.
Así, ha recomendado que el calzado en estos pacientes sea «extremadamente cómodo» y que evite las rozaduras. «Las úlceras en pie diabético se producen por tener una piel excesivamente seca, que se agrieta e infecta. Por ello, el tratamiento tiene que ser muldisciplinar, y se deben solicitar cultivos cada vez que una úlcera no cierre correctamente», ha advertido, ya que «se pueden encontrar gérmenes u hongos muy resistentes». «Por último, el paciente debe saber cómo lavar sus pies y cómo hidratarlos», concluye.
PLAN DE CUIDADOS ENFERMERO
Las enfermeras son los profesionales de referencia para estos pacientes y pueden advertir de alteraciones cutáneas y ayudar a prevenirlas. Es decir, no solo siguen el tratamiento de la patología, sino que garantizan que la piel de una persona diabética esté en las mejores condiciones para evitar que aparezcan lesiones mayores como gangrena y amputaciones.
Durante el encuentro, el enfermero Justo Rueda López, del Centro de Atención Primaria de Terrassa Nord de Barcelona, ha insistido en que, desde enfermería «tenemos que ser muy conscientes de que cualquier intervención a nivel educativo puede tener una repercusión beneficiosa para el paciente; y que el tratamiento no solo es la insulina o los antidiabéticos orales, sino que cuidar la piel evita complicaciones con un impacto muy importante en la calidad de vida de los pacientes, y reduce el impacto en el sistema sanitario.
Por último, Mercedes Abarquero Cerezo, farmacéutica responsable de Comunicación Científica de CeraVe, se ha referido a la prevención y a la reparación cutánea en estos pacientes. «Nuestro objetivo es ayudar a reparar esa barrera cutánea con ceramidas que nos ayuden a lo largo del día a mantener y mejorar esa piel».
Tal y como ha añadido, «hay estudios que demuestran que ese aporte de ceramidas preserva la piel y hace que esas sensaciones que puede provocar la piel seca del diabético no acontezcan». Abarquero ha resaltado también la labor que hacen las enfermeras en el seguimiento de estos pacientes: «son ellas quienes los ven de forma continua y pueden advertir de las alteraciones y ayudar a prevenirlas», finaliza.