Europa debe cerrar una brecha de inversión de 700.000 millones anuales ante EE.UU., sobre todo en tecnología


WEF y Mckinsey abogan por favorecer operaciones de consolidación, simplificar la regulación e impulsar el emprendimiento, entre otras

Europa se enfrenta al reto de mejorar su competitividad ante los principales actores globales, como China o Estados Unidos (EE.UU.), algo que se refleja en el hecho de que entre 2015 y 2022 las grandes empresas del Viejo Continente invirtieron 700.000 millones de euros menos al año que sus homólogas del país norteamericano, según refleja un informe elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) en colaboración con la consultora Mckinsey & Company.

Sus analistas calculan que esa brecha de inversión, sobre todo en el ámbito de la tecnología, crea unas dependencias estratégicas para Europa que amenazan con desaprovechar oportunidades para agregar entre 2 y 4 billones de euros anuales al producto interior bruto del conjunto de la región hasta 2040.

En esa línea, el informe subraya que Europa tan solo ocupa una posición de liderazgo frente a Estados Unidos y China en cuatro de las 14 tecnologías consideradas críticas para el futuro de la economía global, en concreto: tecnologías cuánticas, climáticas, de bioingeniería y de conectividad avanzada.

No obstante, se encuentra por detrás en robótica, semidocnductores, tecnologías espaciales, movilidad, electrificación y renovables, inteligencia artificial (IA), ciberseguridad, realidad inmersiva, desarollo de software de nueva generación y computación en la nube, elemento este último que incluye, por ejemplo, los centros de datos.

En este contexto, el análisis del Foro Económico Mundial en colaboración con Mckinsey, denominado Europe in the Intelligent Age: From Ideas to Action (Europa en la era inteligente: de las ideas a la acción), lanza una batería de propuestas para «impulsar la acción oportuna» en Europa para recuperar la competitividad.

Por un lado, los autores del documento abogan por adoptar «decisiones estratégicas claras» sobre «dónde jugar y cómo ganar en todos los ámbitos tecnológicos».

Eso incluye una «rápida ampliación» de los esfuerzos de comercialización, como el despliegue de fondos de contratación pública para crear nuevos mercados en sectores emergentes como la computación cuántica y la aplicación de estrategias de «salto y de nicho vertical» en áreas en las que Europa se enfrenta a importantes retos, como ciertos segmentos de la industria de los semiconductores.

A ello se suma una reorientación de los esfuerzos hacia la transferencia de capacidades extranjeras, como en la computación en nube ( cloud computing ).

Asimismo, los analistas al cargo del estudio proponen que Europa priorice 10 grandes líneas de actuación desde el sector público para transformar el entorno de inversión de la Unión Europea (UE).

Se propone, por ejemplo, impulsar el emprendimiento con la creación de un régimen normativo único en Europa que simplifique las reglas a las que se deben atener las empresas, a lo que también se suma la necesidad de reducir los tiempos de aprobación de medidas en el ámbito digital.

También abogan por la aceleración de las consolidaciones en Europa para agilizar las inversiones, algo que, por ejemplo, han reclamado desde el sector de las telecomunicaciones español empresas como Telefónica o MasOrange, compañía esta última fruto de la fusión de Orange y MásMóvil en España, una operación que tardó casi dos años en recibir el visto bueno de Bruselas.

En el informe también se insta a Europa a simplificar la regulación para reducir el riesgo de «quedarse atrás» en comparación con los grandes competidores globales.

El resto de las iniciativas propuestas abarcan desde el desarrollo de un sistema de permisos digitales de la UE con plazos concretos hasta el posicionamiento del sector público como «cliente ancla» para la «innovación radical».

El tercer eje de las medidas que pone sobre la mesa el informe tiene que ver con «iniciativas faro del sector privado para movilizar la acción» necesaria en Europa.

«Europa tiene que reforzar su competitividad para seguir siendo relevante (…) Los problemas y las respuestas amplias son bien conocidas. Ahora es el tiempo de dar seguimiento a las iniciativas prioritarias que puede catapultar al Viejo Continente» a esta era de innovación. Esta investigación aboga por la claridad en las estrategias y las iniciativas faro que deben ser dotadas de escala, resistencia y priorizadas desde del sector público», destacan los autores.

El documento será debatido en una cena de alto nivel el próximo 22 de enero en la reunión anual del Foro Económico Mundial –el Foro de Davos– por parte de líderes gubernamentales, empresariales y académicos.

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