Eurodiputadas instan a intervenir en los trastornos mentales desde la adolescencia: «Los datos en jóvenes son terribles»
Las eurodiputadas Dolors Montserrat, exministra de Sanidad, y Estrella Durá han instado a intervenir en los trastornos mentales desde la infancia y la adolescencia debido a los «terribles» datos de incidencia en este grupo de edad.
Así lo han reivindicado este lunes en un seminario organizado por la Oficina del Parlamento Europeo en España sobre la respuesta de la Unión Europea para proteger la salud mental en el mundo laboral digital, el impacto de la pandemia en los jóvenes y la necesidad de una acción común en materia de cuidados.
El Parlamento Europeo aprobó una resolución el 5 de julio en la que alertaron de que la salud mental «no se trata como una prioridad del mismo modo que la física». Además, se pedía a las instituciones europeas y a los países de la UE que emprendieran acciones que eviten los elevados niveles alcanzados por los problemas de salud mental en el mundo laboral digital en toda la Unión.
El informe advierte de que el 64 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 34 años corría riesgo de depresión en 2021 debido a la falta de perspectivas laborales, económicas y educativas, así como a la soledad y al aislamiento social. La falta de inversión en salud mental es otro obstáculo que el texto recoge: no llega a un 3 por ciento del total del gasto en salud.
Además, otro texto del PE aprobado en julio reclamó implementar políticas más amplias y reforzadas en el ámbito de los cuidado. En otra resolución anterior, del 17 de febrero, también se pone el foco en el empleo y la recuperación social tras la pandemia especialmente para los jóvenes, destacando como un acierto que se incluya la salud mental como una de las prioridades en las metas de la juventud.
Montserrat ha lamentado que la salud mental es una «pandemia silente» que no se ha visibilizado hasta la pandemia de COVID-19, pese a que ya antes de 2020 hasta 84 millones de europeos sufrían algún tipo de problema de salud mental.
«Lo que hemos vivido y estamos viviendo es brutal para todos los ciudadanos europeos. La pandemia ha generado un triple impacto. En primer lugar, sanitario, por las tensiones generadas en los sistemas sanitarios. No hemos sido capaces de atender a las enfermedades crónicas, al cáncer o a la salud mental. También ha tenido impacto económico y social. Después, hemos entrado en una guerra en el continente europeo. Y la crisis energética y la inflación la estamos sufriendo todos y cada uno de los europeos», ha esgrimido.
Así, ha reclamado que toda esta situación «nunca más vuelva a pasar». «Tenemos que estar preparados no solo para una pandemia sino para crisis sanitarias. Nunca más nos puede pasar un atraso en la detección precoz del cáncer o en la atención de la salud mental», ha apuntado.
Al respecto, ha defendido la puesta en marcha de la Unión Europea de la Salud: «Europa solo tenía políticas de salud transfronterizas. No queremos robar competencias a los Estados miembro pero sí coordinar y armonizar políticas de Salud Pública. Es una oportunidad que tenemos que aprovechar».
Montserrat ha reclamado aprender de la gestión de otras enfermedades para mejorar la atención y diagnóstico de la salud mental. «Lo mismo que hemos conseguido con la COVID-19 o con la Estrategia Europea en Cáncer lo queremos para la salud mental. Tenemos que trabajar con pacientes, sanitarios, academia y Estados miembro para conseguir esa prevención, empezando en los más jóvenes», ha argumentado.
Precisamente ha insistido en la importancia de atajar estos problemas mentales desde edades tempranas: «Los datos en jóvenes son terribles en Europa. Esta pandemia silente la tenemos que visibilizar. Empezamos a tener instrumentos pero tenemos que ir más allá».
SALUD MENTAL: LAS DIFERENCIAS ENTRE PAÍSES EUROPEOS
Por su parte, la eurodiputada socialista Estrella Durá ha lamentado la «gran divergencia» entre los países europeos «tanto en inversión, protección y tipo de tratamiento aplicado» en la salud mental. «Deberíamos colaborar en un marco común europeo. La pandemia no lo ha facilitado y la guerra en Ucrania lo ha hecho más necesario», ha afirmado.
De hecho, la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, anunció durante su discurso sobre el estado de la Unión de 2022 en septiembre una nueva iniciativa sobre salud mental, que tendrá que ser presentada antes de verano de 2023.
Para Durá, este plan debería ser «integral, transversal y centrada en la prevención». «Por cada euro invertido en prevención se ahorran 18 euros en tratamientos, incluso más. El enfoque de la prevención es importantísimo, y no empieza en los hospitales o los centros de tratamiento sino en los contextos vitales en los que vivimos», ha defendido.
La eurodiputada ha sostenido que esta prevención se debe dar «fundamentalmente en cuatro ámbitos». En primer lugar, la educación, con la importancia de incluir las competencias emocionales en los currículos, o el abordaje del mal uso de las redes y el acceso a edades muy tempranas a la pornografía.
Igualmente, ha apostado por luchar contra los problemas de salud mental en otros ámbitos como la salud laboral o el medio ambiente: «La Unión Europea puede hacer muchas cosas. ¿Si hemos comprado vacunas y probablemente compremos gas de forma conjunta por qué no hacer algo con la salud mental?».
Al hilo, ha puesto como ejemplo que el número de psicólogos por 100.000 habitantes «varía mucho de país a país». «Si hacemos recomendaciones a los países europeos sobre el ratio de psicólogos estamos dando un paso muy importante. Una recomendación parece poco pero es mucho», ha remachado.
El director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón, Celso Arango, ha defendido que poner medidas para mejorar la salud mental de la población «no es un problema de riqueza», sino de voluntad política.
«Hay países que dedican un porcentaje mayor del gasto sanitario a la salud mental. Las diferencias son enormes. Hay países que tienen tres veces más psiquiatras que otros. También el despliegue en estrategias de inversión es muy diferencial en unos países y en otros», ha remarcado.
PSIQUIATRA: LA CLAVE SON LOS JÓVENES
Arango ha reivindicado la importancia de prevenir en las primeras etapas de la vida para atajar de raíz los problemas de salud mental: «Las medidas más costoeficientes en salud mental son aquellas que se realizan en la infancia y en la adolescencia. La edad medida de diagnóstico de trastornos mentales son los 14,5 años. Eso significa que si quiero prevenir algo que empieza pronto tengo que intervenir antes».
Tal y como ha indicado el psiquiatra, el segmento de población que «más claramente se ha visto afectado por la pandemia ha sido el de los jóvenes, sobre todo los adolescentes». «Los intentos de suicidio no han aumentado en términos globales, pero sí en los adolescentes. Han sufrido más que nadie por no poder comunicarse con otros compañeros. Es algo a lo que hay que dar respuesta», ha pedido.
El experto ha propuesto, al igual que Estrella Durá, que se incluya en los currículos de los estudiantes de Educación Primaria aspectos que tienen que ver con la salud mental, como la empatía, para «detectar que otro compañero de clase lo está pasando mal»; cómo pedir ayuda; o a «respetar la diversidad».
«El mensaje es que se puede hacer prevención, es coste eficiente. Los países que más invierten en salud mental son los países menos cortoplacistas. Cuando se hace prevención para el infarto se salva vidas de forma inmediata. Eso raramente sucede en la prevención del suicidio. Por eso hay que gobernar y hacer medias de las que se vayan a beneficiar nuestros hijos o nuestros nietos. Vale la pena por su salud mental y también por la economía de Europa», ha explicado.