Etiopía reconoce por primera vez la participación de fuerzas de Eritrea en la ofensiva contra el TPLF en Tigray
El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, ha reconocido este martes por primera vez la entrada de fuerzas eritreas para apoyar al Ejército etíope en la ofensiva lanzada en noviembre contra el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF) en la región de Tigray, situada en el norte del país.
Abiy ha señalado en una comparecencia ante el Parlamento que ha hablado con las autoridades de Eritrea sobre las acusaciones contra sus soldados por presuntas atrocidades en Tigray, sin dar más detalles, según ha informado la cadena de televisión británica BBC.
El TPLF ha denunciado en varias ocasiones la presencia de tropas eritreas en la región, en apoyo a las fuerzas gubernamentales, algo negado desde Adís Abeba y Asmara. Sin embargo, tanto la Unión Europea (UE) como Estados Unidos han pedido su retirada, si bien Eritrea ha defendido en todo momento que no envió tropas al país vecino.
En este sentido, ha resaltado que «hay informes que indican que se cometieron atrocidades en Tigray» y ha manifestado que «al margen de la propaganda exagerada del TPLF, cualquier soldado responsable de violar a mujeres o saquear comunidades en la región rendirá cuentas, ya que su misión es proteger».
El primer ministro ha dicho además que «el Gobierno se reserva el derecho a desplegar fuerzas, incluidas las fuerzas especiales de la región de Amhara o cualquier otra, en cualquier rincón del país donde sea necesario apoyo ante las amenazas existentes».
«Asumir que estas fuerzas son externas, tratarlas como tal y aplicar una presión indebida es un error», ha señalado, antes de volver a cargar contra el TPLF por sus acciones cuando gobernaba en la región de Tigray, según unas declaraciones publicadas por su oficina a través de Twitter.
Abiy ha manifestado además que «el conflicto y la violencia» en el país «no puede ser detenido únicamente con voluntad» y ha sostenido que «es necesaria la participación activa de todos los ciudadanos». Así ha argumentado que «la población de Tigray no comerá preocupaciones en Twitter » y ha añadido que «necesitan trigo».
Naciones Unidas indicó durante la jornada del lunes que el conflicto en Tigray «sigue provocando un desplazamiento masivo de población en la región» y dijo que la situación humanitaria «es extremadamente grave y continúa deteriorándose».
«Necesitamos urgentemente más financiación para garantizar que podemos ayudar a la gente afectada por el conflicto», dijo el viceportavoz de la Secretaría General de la ONU, Farhan Haq, quien dijo que son necesarios 1.300 millones de dólares (cerca de 1.095 millones de euros), de los que se han recibido cerca de 740 millones de dólares (unos 623 millones de euros).
La ofensiva arrancó el 4 de noviembre por orden del primer ministro en respuesta a un ataque del TPLF –que entonces gobernaba en Tigray– contra una base del Ejército en la capital regional, Mekelle, que se saldó con la muerte de un importante número de militares etíopes.
LA PRESA EN EL NILO AZUL
Por otra parte, el primer ministro etíope ha hecho hincapié en que Adís Abeba «no tiene deseo alguno de dañar a Egipto o a Sudán» a través de la construcción de su presa en el río Nilo Azul, que ha generado disputas en la región durante los últimos años.
Sin embargo, ha defendido que «Etiopía no quiere vivir en la oscuridad». «Nuestra luz les iluminará, no les dañará. Seguiremos en el camino con la Gran Presa del Renacimiento, sin causar daños a ninguno de estos países», ha prometido.
El Gobierno de Sudán ha reclamado este lunes a Etiopía que acepte su propuesta para una mediación por parte de Naciones Unidas, la Unión Europea (UE), la Unión Africana (UA) y Estados Unidos en torno a las disputas generadas por la construcción de la citada presa, respaldada por El Cairo y rechazada por Adís Abeba.
Los gobiernos de Egipto, Etiopía y Sudán alcanzaron en enero de 2020 un principio de acuerdo sobre los principales puntos de disputa en torno a la construcción de la presa y se comprometieron a firmar el documento final a finales de febrero, si bien Adís Abeba abandonó las conversaciones antes de firmar el acuerdo, algo que sólo hizo El Cairo.
Etiopía, que está financiando en solitario el proyecto y espera convertirse en el mayor generador y exportador de electricidad del continente, rechaza estas acusaciones. Las obras están siendo llevadas a cabo en la región de Benishangul-Gumaz y, una vez finalizadas, la presa será la más grande del continente.