España reivindica la relación «sin precedentes» con Marruecos tres años después de la carta que cambió todo

Expertas coinciden en que es Rabat quien marca los tiempos y en que la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla es simbólica
Una carta enviada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al rey Mohamed VI de Marruecos puso fin hace ahora tres años a la grave crisis bilateral y abrió una nueva etapa en la relación que desde el Ejecutivo tildan de «extraordinaria» y «sin precedentes» y que ha tenido por el momento, al margen del refuerzo de la cooperación en materia antiterrorista y migratoria, en la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla su principal hito, aunque aún limitado.
En aquella misiva, cuyo contenido desveló Rabat, Sánchez sostenía que el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, que Marruecos presentó en 2007, constituía «la base más seria, creíble y realista» para solucionar el contencioso, alinéandose así con la tesis de la marroquinidad de la antigua colonia española manifestada en diciembre de 2020 por la Administración de Donald Trump y plegándose a los deseos del reino alauí.
La tormenta política que se desató en España, con los socios de coalición y parlamentarios unidos con la oposición encabezada por el PP condenando el giro en lo que era la postura tradicional de neutralidad española y de apoyo a las resoluciones de la ONU, todavía no ha sido acallada, pero eso no ha hecho al Gobierno dar marcha atrás en su apuesta estratégica por hacer las paces con Marruecos.
El 7 de abril de 2022, Sánchez aterrizaba en Rabat para reunirse con Mohamed VI y escenificar el fin de una crisis que vino motivada por la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para recibir tratamiento de COVID-19 en abril de 2021 pero que Marruecos aprovechó para forzar un cambio en el posicionamiento español respecto a la antigua colonia.
UNA HOJA DE RUTA PARA UNA RELACIÓN SIN PRECEDENTES
De esa cita salió una hoja de ruta, que se revalidó en la Reunión de Alto Nivel (RAN) celebrada en Rabat en febrero de 2023, en la que se fijaban una serie de objetivos y metas a cumplir, pero de cuya implementación apenas han trascendido detalles por parte de los dos gobiernos.
«El espíritu de amistad y cooperación que se ha desarrollado» entre los dos países, resaltan fuentes de Exteriores en declaraciones a Europa Press, «es realmente extraordinario, sin precedentes en nuestra historia y abarca todos los ámbitos de una relación bilateral tan rica e intensa como la nuestra».
Sin embargo, las fuentes consultadas no entran en detalles cuando se pide más concreción en cuanto a algunos puntos de la hoja de ruta. Sin duda, el que más interés despertó fue el de la reapertura de la aduana de Melilla, que Marruecos cerró de forma unilateral en agosto de 2018, y la apertura de una nueva en Ceuta, donde nunca había existido.
Después de varias fechas anunciadas y no materializadas, de la realización de tres pruebas piloto de paso de mercancías a lo largo de 2023, en diciembre de ese año el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, dijo que por parte española estaba «todo listo» pero Marruecos tenía aún unos problemas técnicos que subsanar.
SIN CALENDARIO SOBRE LAS ADUANAS
Hubo que esperar finalmente a mediados de enero de este año para que cruzaran las primeras mercancías por ambas aduanas hacia Marruecos y a mediados de febrero para que ocurriera lo propio en sentido inverso. El ministro dijo entonces que esta era una primera fase hacia la normalización en la aduana, pero en su departamento eluden aclarar cuál es el calendario previsto para que funcionen a pleno rendimiento, ya que por ahora el paso se limita a un camión por día en cada sentido y no a diario.
En opinión de Laurence Thieux, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), aunque ha habido una mejora de la relación bilateral hay un «punto negro como es que la capacidad de presión de Marruecos se mantiene». «España ha conseguido desactivar de alguna forma las tensiones pero quedan algunas cuestiones», señala en declaraciones a Europa Press.
También hace esta lectura Irene Fernández Molina, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Exeter, que admite que el hecho de que tanto Madrid como Rabat insistan tanto en las bondades de la relación actual le genera «inseguridad» porque da la sensación de que «están intentando convencer».
Ambas expertas coinciden en que parece que es Marruecos quien marca el ritmo y el calendario. Fernández Molina destaca que con la apertura de las aduanas «se ha avanzado a velocidad de tortuga» y «se han abierto de forma simbólica», sin que se sepa cuándo estará normalizado el tránsito.
A su juicio, esto obedece a que «Marruecos no tiene ningún incentivo ni interés, ni político ni económico ni social, para cambiar el statu quo». Da la sensación, añade la profesora de la Universidad de Exeter, de que «la parte marroquí controla los tiempos y no tienen intención de avanzar».
NO HAY DETALLES SOBRE AGUAS TERRITORIALES Y ESPACIO AÉREO
La hoja de ruta también incluía otros puntos que han despertado interés. Así, el sexto recogía que «se reactivará el grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica, con el objetivo de lograr avances concretos» y el séptimo que «se iniciarán conversaciones sobre la gestión de los espacios aéreos».
El primero de ellos interesa sobre todo en Canarias, donde se ve con temor y suspicacia los planes marroquíes de realizar prospecciones en busca de hidrocarburos en aguas en litigio o próximas. Mientras que el segundo genera debate dado que España es quien gestiona el espacio aéreo sobre el Sáhara Occidental por decisión de la OACI y se teme que pueda terminar cediéndolo a Rabat.
«Ambos grupos se han reunido ya en varias ocasiones», se han limitado a señalar las fuentes de Exteriores consultadas, sin querer precisar ni el número de veces que lo han hecho ni si se han producido resultados, como se esperaba de ellas.
Por contra, en el departamento que encabeza Albares ponen de relieve «resultados muy concretos» en esta nueva etapa, como el hecho de que España fue en 2024 el primer socio comercial de Marruecos, con un volumen de intercambio de casi 22.700 millones de euros, con 12.859,2 millones en exportaciones (un 5,9% más) y 9.833,8 millones en importaciones (un 8,9% más).
Estos datos están en línea con el crecimiento sostenido que ha venido experimentando el comercio entre los dos países desde el fin de la pandemia y que en ningún momento, pese a la crisis diplomática, se vio afectado.
«También existe una excelente cooperación, que es ejemplar en Europa, en la lucha contra las mafias que trafican con personas y en la lucha contra el terrorismo», resaltan las citadas fuentes, que ponen como ejemplo de la buena sintonía la organización conjunta, junto con Portugal, del Mundial de Fútbol en 2030. «Es un reto para los tres países implicados, pero también tiene un valor simbólico que demuestra la profundidad de la relación entre España y Marruecos», defienden.
¿HABRÁ RAN EN 2025 EN ESPAÑA?
Otra de las tareas pendientes, conforme a lo acordado en abril de 2022, es la actualización del Tratado de Buena Amistad, pero en Exteriores no aclaran si se está trabajando en este ámbito como tampoco ponen fecha a la siguiente Reunión de Alto Nivel entre ambos países, que a priori debería celebrarse en España.
«Ambas partes deseamos la celebración de una nueva RAN», admiten las fuentes, tras recordar que entre las dos últimas pasaron 8 años, incidiendo en que «es importante que sea resultado de una adecuada preparación». En todo caso, ponen de relieve que «los encuentros son continuos y la relación muy fluida».