España impulsa su apuesta por la tecnología de baterías y alcanza las 118 familias de patentes internacionales
España ha alcanzado un total de 118 familias de patentes internacionales en tecnología de baterías, de las cuales más de la mitad (65 patentes) se registraron entre 2014-2018, lo que marca una tendencia al alza en los últimos años, según un estudio conjunto publicado por la Oficina Europea de Patentes (OEP) y la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Dentro de Europa, Alemania presenta el mayor número de patentes en tecnología de baterías, con un total de 5.080 entre 2000-2018, por delante de Francia (1.354 patentes) y el Reino Unido (652).
El informe destaca que, entre 2005 y 2018, la actividad del proceso de patentes de baterías y otras tecnologías de almacenamiento de electricidad creció a un ritmo medio anual del 14% en todo el mundo, cuatro veces más rápido que la media de cualquier ámbito tecnológico.
El presidente de la OEP, Antonio Campinos, destacó que la tecnología de almacenamiento de electricidad «es vital cuando se trata de hacer frente a la demanda de movilidad eléctrica y lograr dar el giro hacia la energía renovable que se necesita si es que queremos mitigar el cambio climático».
«Los datos sobre patentes revelan que, si bien Asia encabeza firmemente este sector estratégico, los Estados Unidos y Europa pueden contar con un nutrido ecosistema de innovación, incluida una gran cantidad de pymes e instituciones de investigación, que les permita permanecer en la carrera para la próxima generación de baterías», añadió.
CASI EL 90% DE LA ACTIVIDAD DEL PROCESO DE PATENTES EN SU ÁMBITO
Asimismo, las baterías representan casi el 90% de toda la actividad del proceso de patentes en el ámbito del almacenamiento de electricidad, y el aumento de la innovación se debe principalmente a los avances logrados en cuanto a las baterías de iones de litio recargables utilizadas en dispositivos electrónicos de consumo y coches eléctricos.
En concreto, el estudio resalta que la movilidad eléctrica está impulsando el desarrollo de nuevos compuestos químicos de iones de litio destinados a mejorar la producción eléctrica, la durabilidad, la velocidad de carga y descarga y el reciclado. Los avances tecnológicos también están impulsados por la necesidad de integrar cantidades más grandes de energías renovables como la eólica y la solar en las redes eléctricas.
A este respecto, el informe concluye que la tecnología de iones de litio (Li-ion), que predomina en los vehículos eléctricos y los dispositivos electrónicos portátiles, ha impulsado la mayor parte de la innovación en baterías desde 2005.
En concreto, en 2018, los avances en células de iones de litio fueron responsables del 45% de la actividad de patentamiento relacionada con células de baterías, en comparación con tan solo el 7% de las células basadas en otros compuestos químicos.
Mientras que en 2011 los vehículos eléctricos sustituyeron a la electrónica de consumo como principal motor de crecimiento de las invenciones relacionadas con las baterías de iones de litio.
Asimismo, están surgiendo rápidamente otras tecnologías de almacenamiento, como los supercondensadores y las baterías de flujo redox, que también poseen potencial para abordar algunas deficiencias de las baterías de iones de litio.
DESCENSO DE CASI UN 90% DE LOS PRECIOS PARA VEHÍCULOS ELÉCTRICOS
Igualmente, los avances técnicos y la producción en masa en una industria cada vez más madura han provocado un descenso considerable del precio de las baterías en los últimos años, con una caída de casi un 90% desde 2010 en el caso de las baterías de iones de litio para vehículos eléctricos, y en torno a dos tercios durante el mismo período para las aplicaciones fijas, incluida la gestión de la red eléctrica, añade el informe.
Además, el estudio también muestra que Japón y Corea del Sur poseen un liderazgo firme en materia de tecnología de baterías a escala mundial, y están por encima de Europa, China y los Estados Unidos en número de patentes internacionales presentadas en este sector.
Por otra parte, la disponibilidad de baterías y otras necesidades de almacenamiento de energía deberá multiplicar por 50 veces el tamaño del mercado actual, con cerca de 10.000 gigavatios hora (GWh), para en 2040 poder cumplir en el mundo los objetivos en materia de clima y energía sostenible, según datos del informe.