España Global dice que hablar de España como Estado fallido «roza lo esperpéntico» y que la reputación está resistiendo
Muñiz cree que España debe defender su legado en América subrayando los valores que son «loables de cara al futuro»
El secretario de Estado de España Global, Manuel Muñiz, considera que hablar de España como un «Estado fallido» es algo que «roza lo esperpéntico», y ha pedido «bajar un poco los decibelios» a la hora de analizar la reputación del país porque, más allá de «lo coyuntural», la imagen del país en el exterior está demostrando ser «resiliente».
«Si España es un Estado fallido por su gestión sanitaria, entonces la lista de los Estados fallidos en el mundo es muy considerable, lo que me hace pensar es que no se conoce qué es un Estado fallido», ha dicho en una entrevista con Europa Press.
A su juicio, el hecho de que se plantee este debate –se mencionó en un periódico suizo y motivó un rifirrafe en el Congreso– demuestra como lo coyuntural y hasta «lo anecdótico», o una «foto fija del peor momento de la crisis» se utilizan para «extrapolar conclusiones sobre la calidad institucional» de España.
En su opinión, esto sucede por dos motivos, porque los españoles hacen «una crítica extremadamente severa» de sí mismos y por «el componente de crispación política y de polarización», a su juicio solo comparable, en nuestro entorno, al de Estados Unidos.
LA COBERTURA SOBRE ESPAÑA ES MODESTA
Muñiz, que insiste en que no hay indicadores que apunten a un deterioro de la imagen de España a causa de la pandemia, asegura que lo que sí se demostró en abril es que la imagen de España «está muy condicionada por factores profundamente estructurales, como son la percepción de la cultura, del idioma, de las instituciones los parajes naturales y otros, y que eso no cambia en el corto plazo».
Además, cree que todos los que, como él mismo, se dedican a analizar la cobertura internacional de España, tienden a sobredimensionarla, cuando en realidad, en una crisis internacional «enorme», la cobertura sobre España, positiva o negativa, es «relativamente modesta».
Del mismo modo, cualquier crítica a España «o a su gestión se ve profundamente moderada» por la magnitud de la pandemia, que está suponiendo un desafío para países centralizados y descentralizados y para algunas de las administraciones más eficaces del mundo.
En estos momentos, ha defendido, España tiene una incidencia acumulada de Covid-19 de 295 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, mientras Francia está en 321, Reino Unido en 302, Países Bajos en 435, Bélgica en 515 y República Checa en 660.
Al inicio de la pandemia, su Departamento creó un Observatorio Internacional Covid para estudiar de manera comparada la situación en otros países, que ahora se ha reconvertido en un Observatorio España Global de Políticas Públicas disponible para hacer estudios comparados para toda la Administración. Ya lo hizo, entre países europeos, sobre la vuelta a las aulas, y ahora está en contacto con responsables de los ámbitos de Economía y Agricultura.
Muñiz ha incidido en que, en la fase actual de la pandemia, España está adoptando medidas muy similares a las de otros países de su entorno, con la filosofía de «intervenir con contundencia y rápido» y «de la manera más quirúrgica posible», con apenas «algún matiz» en los aforos o la hora de cierre de la restauración.
«ALTAMENTE IMPROBABLE» VOLVER A MEDIDAS GENERALIZADAS
De hecho, ha afirmado que no se están planteando medidas más duras, como el cierre de colegios o de la hostelería, y ve «altamente improbable que haya que volver a medidas tan amplias y tan generalizadas como al principio de la pandemia». Se remite, en este punto, a la situación de Aragón, o de las islas, que han reducido sus cifras «de forma muy significativa» con «medidas quirúrgicas».
Muñiz, que participó en el grupo que diseñó el proceso de desescalada, cree que se consiguió «un éxito» en la construcción de capacidades de diagnóstico, que han permitido multiplicar por «siete u ocho» los diagnósticos de la primera ola. Eso se ha demostrado en la menor ocupación de las UCIs y la menor mortalidad respecto a la primera etapa.
En cambio, cree que lo que se hizo «menos bien» es que en la Comunidad de Madrid y en otros territorios la desescalada terminó pasando de las fase 2 a la nueva normalidad «en 24 horas» y eso «no permitió que se consolidaran las capacidades sanitarias» que reclamaba el plan de desescalada. No obstante, admite que «se ha seguido trabajando de manera muy clara a posteriori para construirlas».
Pese a insistir en que la imagen de España está demostrando ser resistente, Muñiz asegura que no hay «autocomplacencia» y que su Departamento promueve muchas acciones para hacer «avanzar» la imagen de España. Así, cifra en 122 las entrevistas que ha hecho la ministra, Arancha González Laya, desde el inicio de la pandemia. España Global prepara una segunda fase de la campaña Spain for sure lanzada en junio.
ATAQUES AL LEGADO ESPAÑOL
En los últimos meses, Exteriores ha tenido que responder también a los ataques al legado español en Estados Unidos, incluido el derribo y la retirada de estatuas de Cristóbal Colón. Muñiz asegura que esas acciones «preocupan» en el Ministerio, pero porque creen que esas figuras «representan valores importantes para el futuro también» y es lo que está trasladando a sus interlocutores fuera de España.
Con todo, él asume que hay «un proceso vivo y que va a continuar», que es «la interpretación del pasado, de la historia» y del uso que se hace de los espacios públicos para resaltar figuras o acontecimientos. Ante eso, no cree que se deba tener «una actitud dialéctica», porque son «procesos ordinarios que está teniendo lugar aquí, son procesos de memoria y de debate público».
Así, cree que más que entrar en un «debate bastante estéril exclusivamente sobre una mirada hacia atrás», lo que hay que hacer es «poner en valor ese legado por lo que representa hoy y por los valores de hoy, que son loables» porque algunas de esas figuras representan valores de emprendimiento, de ambición, de integración y de apreciación de la diversidad que «las convierten brújulas para el futuro».