España cae al puesto 40 entre los países más competitivos del mundo, según IMD


España ha perdido cuatro posiciones en la lista de los países más competitivos del mundo, según el último Ranking de Competitividad Mundial , que elabora anualmente la escuela de negocios IMD, que sitúa al país en el puesto 40 entre un total de 67 economías, lo que representa la peor posición desde 2013.

La posición 40 de España en la edición de 2024 es la segunda peor posición del país en toda la serie y hay que remontarse al año 2013 para encontrar una posición inferior de España en la clasificación, ya que ese año ocupó la posición 45 y, desde entonces, se había mantenido entre los puestos 39 y 34 con ligeras oscilaciones año a año, y una posición estable en los dos últimos ejercicios ocupando la posición 36.

El deterioro de la posición competitiva de España en 2024 obedece principalmente al empeoramiento de los resultados en eficiencia del Gobierno, donde España pierde siete posiciones; y eficiencia empresarial, donde baja un puesto.

En eficiencia de Gobierno, España pierde siete puestos, hasta el puesto 58, debido a las peores puntuaciones obtenidas en todos los subfactores analizados, incluyendo finanzas públicas, política fiscal, marco institucional, legislación empresarial y marco societario.

La puntuación de España en eficiencia empresarial se reduce en una posición, hasta el puesto 38, por la reducción de cinco puntos en «productividad y eficiencia» y «mercado laboral», midiendo este último la facilidad que tienen las empresas para acceder a los profesionales con la cualificación requerida, así como el coste de la mano de obra.

Los otros dos factores que conforman el ranking, infraestructuras y desempeño económico, arrojan mejores resultados, manteniendo la posición 27 en el primero, y mejorando cinco puestos la posición en desempeño económico hasta el 27 gracias principalmente a los mejores resultados en los indicadores de «comercio internacional» y «precios», estando este último vinculado a la inflación y los costes de vida en el país.

Entre los principales desafíos para la economía española, según los resultados del informe, se encuentran la necesidad de reducir la presión fiscal y generar un marco normativo estable para las empresas, invertir eficientemente los fondos europeos fortaleciendo el sistema productivo y configurando una economía más resiliente, impulsar la digitalización de las empresas- especialmente de las pymes-, así como aumentar la inversión en I+D para reforzar la coordinación entre los distintos agentes y promover la transferencia de conocimientos.

CLASIFICACIÓN GENERAL.

A nivel global, Singapur, Suiza y Dinamarca ocupan las tres primeras posiciones del Ranking de Competitividad Mundial del IMD correspondiente a 2024.

En este sentido, Singapur se consolida como la economía más competitiva y recupera el puesto que ya tuvo en 2020, gracias a sus buenos resultados en los cuatro factores de competitividad, especialmente en eficiencia gubernamental y eficiencia empresarial, reflejo de la solidez de los sectores público y privado.

De su lado, Suiza ha progresado gracias a la mejora de sus resultados económicos y su eficiencia empresarial, así como a su liderazgo continuado en eficiencia gubernamental e infraestructuras. En el caso de Dinamarca ha descendido al tercer puesto debido a una caída de sus resultados económicos.

Completando los 10 primeros puestos se encuentran Irlanda (4º), Hong Kong (5º) y Suecia ascendiendo dos puestos hasta situarse en 6ª posición, por delante de los Emiratos Árabes Unidos (7º), Taiwán (8º), Países Bajos (9º) y Noruega (10º).

La clasificación de 2024 muestra que las economías emergentes están reduciendo la brecha con las economías más avanzadas, especialmente en los ámbitos de la innovación, la digitalización y la diversificación.

Así, países como China (14º), India (39º), Brasil (62º), Indonesia (27º) y Turquía (53º) han experimentado un rápido crecimiento y desarrollo en las últimas décadas y se han convertido en actores esenciales en el comercio, la inversión, la innovación y la geopolítica.

«Creemos que las economías más competitivas del futuro serán aquellas capaces de anticiparse y adaptarse a este contexto global cambiante, al tiempo que crean valor y bienestar para sus ciudadanos, lo que también las hará sostenibles», ha señalado Arturo Bris, director del Centro de Competitividad Mundial del IMD.

De este modo, «entre los principales desafíos en materia de competitividad, se encuentran la transición a una economía circular y con bajas emisiones de carbono, la creciente integración de los mercados emergentes en la economía mundial y el ritmo de la transformación digital».

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