ERC y Bildu temen que la CEOE logre rebajar la reforma laboral y piden a Yolanda Díaz que les tenga en cuenta
Esquerra Republicana (ERC) y EH-Bildu han expresado este martes en el Congreso su preocupación por que la patronal CEOE esté consiguiendo rebajar el contenido de la reforma laboral y la derogación de la reforma del PP de 2012 y han pedido a la vicepresidenta de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, que les pongan al día de las negociaciones con la patronal y sindicatos.
Ambas formaciones, que suman 18 votos y cuyo apoyo resulta imprescindible para asegurar la mayoría en el Congreso, han recordado además al Gobierno que, aunque busque atraer a la CEOE para aprobar una reforma con consenso, son ellos y no la patronal la que debe validar los cambios legislativos.
«ASPECTOS IMPORTANTÍSIMOS» SE ESTÁN QUEDANDO FUERA
«Tenemos la sospecha de que se están diluyendo aspectos importantísimos de la derogación, partes muy lesivas de la reforma laboral, para que entre la patronal», ha aseverado Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, en una rueda de prensa antes de la Junta de Portavoces de este martes, en la que ha concedido que pueden «llegar a entender» esta estrategia, pero que «un voto tan importante como el de ERC se debería negociar y no se está haciendo».
Entre los aspectos que, según tiene entendido, se están dejando fuera de la derogación y que fueron cambios lesivos en la reforma del PP está la recuperación de los salarios de tramitación, la ampliación de la indemnización por despido o volver a contar con la tutela de la Administración en despidos colectivos. También ha reivindicado el reconocimiento de convenios autonómicos frente a otros en caso de mejores condiciones laborales.
BILDU EXIGE EXPLICACIONES EN EL CONGRESO
Por su parte, EH-Bildu ha exigido este martes en el Congreso la comparecencia urgente de Yolanda Díaz para que dé cuenta de los avances en su negociación con sindicatos y patronal para la derogación de la reforma laboral del PP, recordándole que su reforma «no se aprueba sola» y que necesitará de los votos de sus socios parlamentarios.
Su portavoz parlamentaria, Mertxe Aizpurua, ha señalado que el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, «podrá tener mucho poder, pero consigue ni va a conseguir pulsar los votos» en el Congreso y, por el contrario, «serán las izquierdas soberanistas (ERC y Bildu) las que tendrán que debatir y votar la reforma».
ERC Y BILDU TIENEN «LA LLAVE» DE LA REFORMA, ESGRIMEN
Por ello, ha pedido a la vicepresidenta de Trabajo y líder de Unidas Podemos «que no haga tanto empeño en atraer a la patronal y haga mayores esfuerzos para atraer a las fuerzas de izquierdas»: «Tenemos la llave para sacar adelante esta reforma y conseguir una legislación laboral ambiciosa, que deje atrás la reforma del PP y responda a las ambiciones sindicales y sociales», ha aseverado.
Todo ello, ha reconocido, ante el temor que en los próximos días en los que se ultime el contenido de la reforma «la patronal siga imponiendo sus vetos e intensifique sus condiciones para rebajar la reforma y descafeinar su contenido». Asegurando que no busca «desmerecer» los trabajos realizados con los agentes sociales, Aizpurua ha pedido a la vicepresidenta «que muestre la misma intensidad y el mismo esfuerzo» con los grupos del Congreso.
PDeCAT: «NO SE VA A DEROGAR LA REFORMA LABORAL»
Preguntado por esta cuestión, el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ha asegurado que «hace ya algún tiempo» conversó con la vicepresidenta de Trabajo sobre estos trabajos pero «últimamente ha habido poco contacto». «Espero que la ministra mantenga fuerte el timón y acabe cumpliendo el acuerdo de investidura que se firmó», ha deseado.
Por su parte, su homólogo en el PDeCAT, Ferrán Bel, ha celebrado que, conforme avanzan las negociaciones se confirma la posición del PDeCAT de que «no se va a derogar la reforma laboral» del PP, sino que «se van a hacer modificaciones, pero no derogando toda la reforma».
Asimismo, Bel ha celebrado que el Gobierno parezca decidido a contar con el plácet de la patronal para su reforma y ha avalado que, si es necesario, esto demore las previsiones que manejaba el Ejecutivo de aprobar la reforma antes de fin de año. «No lo vemos como inconveniente», ha dicho Bel.