Endesa apuesta por mantener las nucleares en operación «a largo plazo»

El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha apostado por mantener la operación de las centrales nucleares «a largo plazo, en adecuadas condiciones de rentabilidad y asegurando siempre que estas instalaciones cumplan los más elevados estándares de seguridad establecidos en la regulación nacional e internacional».

En una conferencia con analistas para presentar el plan estratégico 2018-2021 de Endesa, Bogas volvió a así a defender alargar la vida útil de las nucleares más allá de los 40 años para garantizar la transición energética a 2050, ya que «no hay otra alternativa» y garantiza la seguridad de suministro, un precio competitivo de la electricidad y ayuda en el cumplimiento de los objetivos de emisiones.

En su presentación del plan estratégico remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Endesa señala que prevé un crecimiento de la demanda de electricidad en el sistema peninsular español de más del 28% desde 2017 a 2030, hasta los 325 teravatios hora (TWh), con un incremento de la demanda punta desde los 41 gigavatios (GW) hasta los 49 GW.

En este escenario a 2030, donde considera que el margen de reserva se situará en el 1,1, frente al 1,35 de 2017, la energética cree que la capacidad instalada de las renovables casi se triplicará en los próximos 13 años, desde los 31 GW hasta los 86 GW.

MANTENER LA GENERACIÓN TÉRMICA POST 2020 O 11 GW NUEVOS DE RESPALDO.

Así, considera que a 2030 se deberán mantener en el mix español los 7 GW existentes de nuclear, mientras que también será necesaria la permanencia de la generación térmica más allá de 2020; ya que de lo contrario el sistema requerirá unos 11 GW de nueva capacidad de respaldo de 2025 a 2030.

En su plan estratégico 2018-2021, Endesa ya confirma que no abordará las inversiones necesarias para adaptar las centrales térmicas de Compostilla (León) y Andorra (Teruel) al cumplimiento de los niveles de emisiones establecidos por la Unión Europea, pues las condiciones regulatorias y de mercado, tanto actuales como previsibles, las hacen inviables, por lo que cerrarán en 2020.

PLAN PARA EL DESMANTELAMIENTO DE COMPOSTILLA Y ANDORRA.

Así, el plan de la energética contempla las actividades necesarias para iniciar el desmantelamiento de las dos plantas a partir del 30 de junio de 2020, operación que la empresa efectuará «con pleno respeto de los puestos de trabajo de los empleados de ambas centrales, el desarrollo de importantes inversiones en energías renovables y la búsqueda de alternativas para ambos emplazamientos».

En su nueva hoja de ruta , Endesa sí que incluye las inversiones necesarias para adaptar la central de As Pontes a esos límites de emisiones, al igual que ya se ha hecho en la de Litoral (Almería).

Por otra parte, Bogas destacó «el elevado esfuerzo inversor» que realizará la compañía en este periodo, con unas inversiones entre 2018-2021 de 6.400 millones de euros, lo que supone 1.400 millones más que el que se contemplaba en el plan anterior.

De esa cantidad total, 2.000 millones de euros se destinarán a energías renovables, «duplicando así el objetivo del plan anterior y proporcionándonos un claro factor de aceleración en el cumplimiento de nuestros objetivos de descarbonización», añadió el directivo.

Además, el grupo energético destinará otros 1.900 millones a la modernización, automatización y digitalización de las redes de distribución.

RECORTE DEL PAY OUT PARA APROVECHAR LAS OPORTUNIDADES DE CRECIMIENTO.

Asimismo, confirmó el compromiso de la compañía de repartir como dividendo el 100% de su pay-out en los años 2018, 2019 y 2020 -con un mínimo de 1,33 euros por acción en el primero de los ejercicios– y del 80% para el año 2021.

Bogas justificó este recorte en el pay out en el objetivo de «facilitar un óptimo aprovechamiento de esas oportunidades de crecimiento, especialmente a través del elevado incremento de la inversión en energías renovables, y seguir manteniendo, al mismo tiempo, una de las políticas de dividendo más atractivas del mercado español».

El consejero delegado de Endesa subrayó que la transición energética hacia un sistema energético totalmente descarbonizado «va a ofrecer importantes oportunidades, especialmente en renovables; en electrificación de la demanda final de energía; y en modernización y digitalización de las redes de distribución».

Así, recalcó que el ciclo económico «ha cambiado», con la necesidad de un importante esfuerzo inversor para aprovechar estas oportunidades, por lo que Endesa debe «estar preparada para hacerle frente».

En este sentido, apuntó que «uno de los elementos más destacables» del plan 2018-2021 es «el fuerte impulso que se va a dar a la movilidad eléctrica a través, sobre todo, de un gran despliegue de infraestructuras de recarga».

En concreto, un total de 41.000 puntos de recarga, de los 108.000 totales que la compañía se propone instalar en los próximos cinco años, serán implantados en el marco de este plan.

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