El Ministerio de Exteriores de Yemen ha informado de que al menos diez miembros de los huthis han muerto y otros siete han resultado heridos en enfrentamientos al oeste de la ciudad de Taiz, la tercera ciudad más grande del país, con las fuerzas gubernamentales.

«El Gobierno ve el ataque como un desafío flagrante a todas las iniciativas y esfuerzos destinados a poner fin a la guerra y lograr la paz, y un intento de socavar los esfuerzos extender y ampliar la tregua humanitaria e imponer un sitio a la ciudad de Taiz», ha expresado en un comunicado.

El ataque, cuyo objetivo era cortar la única arteria que comunica Taiz con la gobernación de Adén, se ha producido en la zona de Al Dhabab, al oeste de la ciudad, contra las fuerzas gubernamentales y se ha prolongado hasta la madrugada de este lunes.

El Ministerio de Exteriores yemení también ha pedido, ante «esta peligrosa escalada», asumir responsabilidades y condenar estos actos «criminales», especialmente «a luz de la presencia del equipo militar en el capital jordana para discutir el cumplimiento del alto el fuego».

Yemen han acusado a la milicia insurgente huthi de violar más de 160 veces la tregua humanitaria y militar en las últimas 24 horas, la mayoría con vuelos de aviones de combate, según ha recogido este lunes la agencia de noticias Saba.

Taiz es una localidad estratégica en la red de transporte del país bajo asedio rebelde que está considerada como el núcleo comercial de Yemen, con Hodeida, Adén y la capital, Saná. Hodeida es el principal puerto del país, mientras que Adén es la sede del Gobierno reconocido por la comunidad internacional. La capital se encuentra bajo control rebelde desde el comienzo del conflicto hace ocho años.

La primera tregua negociada por la ONU entró en vigor el 2 de abril. Desde entonces, se ha prorrogado cada dos meses, con una extensión que ahora seguirá en vigor hasta el 2 de octubre, pese a las violaciones que denuncian las autoridades yemeníes.

La guerra en Yemen enfrenta al Gobierno reconocido internacionalmente, ahora representado por el Consejo Presidencial de Liderazgo y apoyado por una coalición liderada por Arabia Saudí, y a los huthis, respaldados por Irán. Los huthis controlan Saná y zonas del norte y el oeste del país.