El supervisor sueco advierte de los riesgos en el sector inmobiliario por la inflación y las subidas de tipos

La Autoridad de Supervisión Financiera de Suecia (FI) ha señalado que el actual escenario de elevada inflación y subidas de tasas de interés puede poner en riesgo la estabilidad financiera, particularmente en el caso del sector inmobiliario comercial, donde las empresas se endeudaron significativamente durante el periodo de tipos bajos.

«Existe un mayor riesgo de complicaciones en el mercado financiero», señala el director general del supervisor sueco, Daniel Barr, para quien todavía no se han visto los efectos completos de la subida de tipos que se ha producido a nivel mundial.

«Nuestra evaluación es que existe una buena resiliencia en el sistema financiero sueco con bancos bien capitalizados. Pero debemos seguir los desarrollos y estar alerta», apunta.

En este sentido, el análisis de la Autoridad recuerda que el largo período de baja inflación y bajos tipos de interés implicó una gran asunción de riesgos, lo que supuso rápido aumento de las deudas, altos precios de las viviendas y las propiedades comerciales y una mayor toma de riesgos en los mercados financieros.

De este modo, ante el cambio de ciclo por una alta inflación y subidas de los tipos de interés, tanto los hogares como las empresas se ven presionados a hacer ajustes y esto supone que las vulnerabilidades pueden revelarse rápidamente, lo que también sucedió en el mercado bancario estadounidense durante la primavera.

En particular, el supervisor sueco señala la acumulación de riesgos en el sector inmobiliario comercial, donde en los últimos años se incrementó con rapidez el endeudamiento como resultado de las bajas tasas de interés y varias empresas inmobiliarias altamente apalancadas ahora necesitan reducir su apalancamiento en una situación de presión.

«Varias inmobiliarias muy apalancadas necesitan reducir su endeudamiento», advierte Barr, añadiendo que pueden hacerlo, por ejemplo, ampliando capital, vendiendo activos y usando las ganancias para pagar sus deudas.

De este modo, si bien los bancos tienen grandes exposiciones al sector inmobiliario, el organismo considera que las entidades pueden manejar los desafíos que puedan surgir, entre otras cosas gracias a los requisitos de capital impuestos a los bancos.

Las dificultades en el sector inmobiliario de Suecia han llevado al fondo inmobiliario sueco SBB (Samhallsbyggnadsbolaget i Norden AB) ha ampliar el alcance de su revisión estratégica para considerar distintas alternativas para maximizar el valor para los accionistas, incluyendo la venta de la empresa o bien de segmentos de negocio o activos específicos, así como otras transacciones estratégicas.

«El consejo cree que el valor inherente de las acciones en el negocio es significativamente mayor que el valor de mercado actual de SBB», anunciaba este lunes la empresa, después de que el valor de las acciones de SBB acumule una caída de alrededor del 75% en lo que va de año.

De este modo, la inmobiliaria ha contratado a JP Morgan Securities y Skandinaviska Enskilda Banken AB como asesores financieros, mientras que la firma Vinge ha sido contratada como asesor legal.

El anuncio de SBB llegó después de que la agencia Fitch haya rebajado la nota de solvencia de la empresa a bono basura, recortando el rating de la deuda a BB+ desde BBB- con perspectiva negativa, después de que S&P Global rebajara también la calificación de SBB a grado especulativo a principios de mayo.

En este sentido, tal y como había anunciado el pasado 8 de mayo, el consejo de SBB confirmó que entre las distintas alternativas estratégicas que analizará no está la posibilidad de realizar una nueva emisión de acciones.

Tras la rebaja de rating de S&P Global a principios de mayo, la inmobiliaria anunció un aplazamiento del pago del dividendo previsto, así como la cancelación de una emisión de derechos por importe de 2.630 millones de coronas suecas (235 millones de euros) previamente anunciada con el objetivo de reforzar su liquidez.

Posteriormente, SBB completó la venta de la mayoría de su participación en la empresa escandinava de edificación JM con el fin de reforzar su liquidez y la posición financiera de la firma.

En concreto, SBB vendió 19 millones de acciones de JM, alrededor del 29,5% del capital, a un precio unitario de 148,10 coronas, lo que supone un montante agregado de unos 2.800 millones de coronas (249 millones de euros), asumiendo importantes minusvalías.

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