El síndrome del ojo seco es 3 veces más prevalente en mujeres mayores de 50 años que en hombres
El ojo seco es hasta 3 veces más prevalente en mujeres mayores de 50 años que en hombres debido a cuestiones hormonales, sobre todo a raíz de la menopausia, según explica la oftalmóloga María Gessa de Miranza Virgen de Luján.
De hecho, afirma la experta, la sequedad ocular es uno de los síntomas más característicos de esta etapa en la vida de la mujer, que empieza a notar más frecuentemente sensación de arenilla o cuerpo extraño en el ojo, picor, lagrimeo, pesadez en los párpados e incluso visión borrosa y fluctuante. Esto se debe, principalmente, a que los cambios en los niveles de las hormonas alteran la secreción de las glándulas que hay debajo del nacimiento de las pestañas y que intervienen en la película lagrimal.
«Ante la aparición o aumento de las molestias asociadas al ojo seco, no hay que conformarse solo con el uso de lágrimas artificiales si estas no resultan suficientes, ya que existen distintos tratamientos que pueden aumentar el confort visual diario», destaca Gessa.
La oftalmóloga forma parte de las Áreas de Ojo Seco especializadas de las clínicas Miranza, donde se realiza un estudio diagnóstico completo de esta enfermedad multifactorial y se ofrecen innovadores tratamientos en consulta. Por ejemplo, una de las tecnologías en auge es la luz pulsada intensa (IPL), que estimula el adecuado funcionamiento de las glándulas palpebrales para mejorar la calidad de la lágrima, alterada con más frecuencia en las mujeres.
En cuanto a la salud ocular femenina, la doctora Gessa concluye que «la mayor esperanza de vida de las mujeres (alrededor de 5 años más que los hombres en España) también explica que lleguen a desarrollar más enfermedades relacionadas con la edad, como las cataratas, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) o el glaucoma, que conviene detectar precozmente para mantener la mejor visión».
CUANDO LA VÍA LAGRIMAL SE OBSTRUYE
Por su parte, la doctora Alejandra Amesty, especialista en ojo seco y oculoplastia de Vissum Grupo Miranza, añade que, además del ojo seco, el ojo lloroso también puede ser más común entre las mujeres. «Uno de sus posibles desencadenantes, la obstrucción de la vía lagrimal, se da en un rango de 4-5 mujeres por cada hombre afecto».
El hecho de que las lágrimas no drenen correctamente y se acumulen en la superficie ocular no solo resulta molesto, sino que puede aumentar el riesgo de infecciones recurrentes. Para evitarlo, los cirujanos oculoplásticos realizan una operación, generalmente con la técnica de la dacriocistorrinostomía, que permite restablecer el paso de la lágrima y resolver el problema con gran eficacia en la mayoría de los casos.
Por otro lado, el colectivo femenino también es el más afectado por la orbitopatía tiroidea, la patología más habitual de la órbita ocular y que, cuando se debe a la enfermedad de Graves (principal causa de hipertiroidismo), tiene una incidencia de 1 de cada 5.000 mujeres respecto a 1 de cada 25.000 hombres, es decir, 5 veces más. Asimismo, según advierte la doctora Amesty, «ser fumadora aumenta el riesgo de desarrollar este trastorno, que puede tener un importante impacto en la calidad de vida de las pacientes».
«La orbitopatía tiroidea suele dar lugar a ojos saltones o exoftalmos, que, en casos severos, hace que muchas pacientes no se reconozcan al mirarse en el espejo», afirma la doctora Amesty. Además, no solo repercute en la salud psicológica, sino también ocular, ya que al sobresalir los ojos quedan más expuestos a la sequedad y la irritación y, por otro lado, pueden comprimir estructuras internas que hay en la órbita, como el nervio óptico o los músculos extraoculares.
Especialmente en estos casos es necesario actuar, pudiéndose requerir una cirugía de descompresión orbitaria que permita reposicionar el ojo, una vez que se haya controlado con fármacos el problema de tiroides de base.