El SIPRI dice que los países aumentan inversiones en armas nucleares ante el deterioro de relaciones políticas
El organismo apunta a «importantes reveses» al control de armas a raíz de la invasión de Ucrania
Los estados con capacidad nuclear han aumentado sus inversiones en estos arsenales ante el deterioro de las relaciones geopolíticas, según ha alertado este lunes el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), que ha especificado que el control de armas y la diplomacia para el desarme «sufrieron importantes reveses» a raíz de la invasión de Ucrania.
El SIPRI ha señalado en su anuario para 2023 que el número de armas nucleares operativas empezó a aumentar a medida que los países avanzaban sus planes de modernización y expansión a largo plazo, incluido el despliegue de nuevos sistemas de armas nucleares o con capacidad nuclear en 2022.
Así, ha señalado que del inventario total mundial de unas 12.512 cabezas nucleares en enero de 2023, alrededor de 9.576 se encontraban en arsenales militares para su uso potencial, 86 más que en enero de 2022. De ellas, se estima que 3.844 ojivas estaban desplegadas en misiles y aviones, mientras que unas 2.000 –casi todas pertenecientes a Rusia o Estados Unidos– se mantenían en estado de alerta operativa alta, lo que significa que estaban instaladas en misiles o retenidas en bases aéreas que albergaban bombarderos nucleares.
En este sentido, el SIPRI ha especificado que Moscú y Washington poseen conjuntamente casi el 90 por ciento de todas las armas nucleares, antes de resaltar que sus arsenales nucleares parecen hacerse mantenido «relativamente estables» en 2022, aunque la transparencia respecto a las fuerzas nucleares disminuyó en ambos países tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de ese año.
«Además de sus armas nucleares utilizables, Rusia y Estados Unidos poseen cada uno más de mil ojivas previamente retiradas del servicio militar, que están desmantelando gradualmente», ha afirmado el organismo, que ha añadido que estima que el arsenal chino «aumentó de las 350 ojivas en enero de 2022 a 410 en enero de 2023».
«Se espera que siga creciendo», ha recalcado, al tiempo que ha hecho hincapié en que «dependiendo de cómo decida estructurar sus fuerzas, al final de la década China podría tener al menos tantos misiles balísticos intercontinentales (ICBM) como Estados Unidos o Rusia».
En este sentido, Hans M. Kristensen, investigador asociado del Programa de Armas de Destrucción Masiva del SIPRI y director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Americanos (FAS), ha explicado que «China ha iniciado una importante ampliación de su arsenal nuclear».
«Resulta cada vez más difícil conciliar esta tendencia con el objetivo declarado de China de disponer únicamente de las fuerzas nucleares mínimas necesarias para mantener su seguridad nacional», ha apuntado Kristensen.
Por su parte, el SIPRI ha indicado que considera que Reino Unido no aumentó su arsenal de armas nucleares en 2022, si bien «se espera que el stock de cabezas nucleares crezca en el futuro como resultado del anuncio hecho por el gobierno británico en 2021 de que aumentaba su límite de 225 a 260». Londres indicó además que ya no revelaría públicamente sus cantidades de armas nucleares, ojivas o misiles desplegados.
Francia continuó en 2022 sus programas de desarrollo de un submarino nuclear lanzamisiles balísticos (SSBN) de tercera generación y de un nuevo misil de crucero lanzado desde el aire, así como de reacondicionamiento y mejora de los sistemas existentes.
Asimismo, India y Pakistán parecen estar ampliando sus arsenales nucleares, y ambos países introdujeron y siguieron desarrollando nuevos tipos de sistemas vectores nucleares en 2022. El SIPRI ha especificado que, si bien Pakistán sigue siendo el principal objetivo de la disuasión nuclear de India, Nueva Delhi «parece estar poniendo cada vez más énfasis en las armas de mayor alcance, incluidas aquellas capaces de alcanzar objetivos en todo China».
Por su parte, Corea del Norte «sigue dando prioridad a su programa nuclear militar como elemento central de su estrategia de seguridad nacional» y, si bien en 2022 no realizó ensayos nucleares, llevó a cabo más de 90 pruebas de misiles, incluidos algunos que pueden transportar cabezas nucleares.
El organismo ha desvelado que estima que Pyongyang ha ensamblado ya unas 30 cabezas nucleares y posee suficiente material fisible para un total de 50-70 cabezas, ambos son aumentos significativos respecto a las estimaciones de enero de 2022.
Por último, ha incidido en que cree que Israel, que no ha reconocido públicamente poseer este tipo de armamento, está igualmente modernizando su arsenal nuclear.
«ENDURECIMIENTO DE LA RETÓRICA»
En este contexto, Matt Korda, Investigador Asociado del Programa de Armas de Destrucción Masiva del SIPRI e Investigador Asociado Senior del Proyecto de Información Nuclear de la FAS, ha recalcado que «la mayoría de los países con armamento nuclear están endureciendo su retórica sobre la importancia de estas armas, y algunos incluso están lanzando amenazas explícitas o implícitas sobre su posible uso».
«Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, esta competencia nuclear tan elevada ha aumentado drásticamente el riesgo de que las armas nucleares sean utilizadas en un arranque de ira», ha señalado.
Wilfred Wan, director del Programa de Armas de Destrucción Masiva del SIPRI, ha señalado que «con programas de miles de millones de dólares para modernizar y, en algunos casos, ampliar los arsenales nucleares, los cinco países poseedores de armas nucleares reconocidos por el Tratado de No Proliferación Nuclear parecen alejarse cada vez más de su compromiso con el desarme en virtud del tratado».
A ello se suman los reveses sufridos por el control de armas nucleares y la diplomacia para el desarme tras la invasión de Ucrania, incluida la suspensión por parte de Estados Unidos del diálogo bilateral de estabilidad estratégica con Rusia y la decisión de Moscú en febrero de 2023 de suspender su participación en el Nuevo START.
Además, se suspendieron las conversaciones sobre un tratado de seguimiento del Nuevo START, que expira en 2026, si bien la evaluación del SIPRI recoge que en enero de 2023 las fuerzas nucleares estratégicas desplegadas por ambos países permanecían dentro de los límites del Nuevo START.
El organismo ha indicado además que «el apoyo militar de Irán a las fuerzas rusas en Ucrania y la situación política en Irán también ensombrecieron las conversaciones» sobre la reactivación del acuerdo nuclear de 2015, dañado por la decisión de Estados Unidos de retirarse de forma unilateral en 2018, al tiempo que ha subrayado que la reanudación del pacto «parece cada vez más improbable».
«En este periodo de gran tensión geopolítica y desconfianza, con los canales de comunicación entre rivales con armamento nuclear cerrados o que apenas funcionan, los riesgos de un error de cálculo, un malentendido o un accidente son inaceptablemente altos», ha advertido el director del SIPRI, Dan Smith. «Urge restablecer la diplomacia nuclear y reforzar los controles internacionales sobre las armas nucleares», ha defendido.
«Nos adentramos en uno de los periodos más peligrosos de la historia de la humanidad», ha manifestado, antes de abundar en que «es imperativo que los gobiernos del mundo encuentren formas de cooperar para calmar las tensiones geopolíticas, frenar las carreras armamentísticas y hacer frente a las consecuencias cada vez peores del deterioro medioambiental y el aumento del hambre en el mundo».