El Senado de EEUU no logra revocar el veto de Trump que permite vender armas a Arabia Saudí y EAU
El Senado de Estados Unidos ha fracasado este lunes a la hora de revocar el veto impuesto por el presidente, Donald Trump, a las resoluciones del Congreso que bloquean la venta de armas de precisión a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU).
En el primer intento de revocar los vetos del magnate neoyorquino, la Cámara Alta ha resuelto la votación con 45 votos a favor y 40 en contra, un cómputo insuficiente para revocar la decisión de Trump dado que es necesario contar con dos tercios de la Cámara, según ha informado la cadena de televisión CNN.
No obstante, cinco de los 53 republicanos que forman el Senado, donde tienen mayoría, se han sumado a los representantes del Partido Demócrata. En mayo, el Gobierno de Trump dijo que seguiría adelante con las ventas militares de más de 8.000 millones de dólares, a pesar del proceso de revisión abierto en el Congreso.
La semana pasada, el presidente vetó las resoluciones aprobadas para bloquear la venta de armas en cuestión tras alegar que estas «debilitaban la competitividad de Estados Unidos y dañaban las importantes relaciones establecidas entre Washington y sus aliados».
La Casa Blanca esgrimió así que las medidas tomadas por los congresistas podían dañar las habilidades de defensa de Arabia Saudí y obstaculizar las medidas tomadas contra las acciones iraníes en la región.
Los proyectos de ley en cuestión habrían bloqueado la venta de municiones y armas de precisión y equipos relacionados. Muchos miembros del Congreso, entre ellos algunos congresistas republicanos, se han mostrado frustrados por la postura de Trump hacia Arabia Saudí.
El respaldo del Senado a las resoluciones en contra de la venta de armas constituye una de las pocas veces en que la Cámara Alta, liderada por los republicanos, se ha opuesto a la política exterior del presidente.
Trump, por su parte, intenta mantener una relación estrecha con Riad, a quien considera un aliado importante en Oriente Próximo para contrarrestar la influencia de Teherán. Asimismo, la Administración considera que la venta de equipamiento militar al extranjero genera trabajo en Estados Unidos.