El Salvador cifra en más de 25.000 los presuntos pandilleros detenidos en medio del estado de excepción
Las autoridades de El Salvador han detenido a más de 25.000 presuntos miembros de bandas criminales durante los últimos 40 días, según ha asegurado el presidente del país, Nayib Bukele, citando fuentes policiales, después de decretar el estado de excepción ante una oleada de homicidios.
«Más de 25.000 terroristas capturados en solo 41 días y seguimos», ha dicho Bukele en su cuenta en la red social Twitter. Además, la Policía Nacional Civil de El Salvador también ha anunciado en la misma red social que a las 18.00 horas (hora local) de este jueves han superado los 25.000 arrestos.
El Parlamento salvadoreño aprobó el 27 de marzo la entrada en vigor durante 30 días del régimen de excepción en todo el país para combatir la ola de homicidios, que un día antes dejó más de 60 muertos. Los crímenes ha ido en ascenso desde principios de año y el presidente de El Salvador ha prometido atajarla de raíz.
De esta forma, el Gobierno salvadoreño queda capacitado durante este período para suspender ciertas libertades y garantías para facilitar despliegue de militares y policías en las calles y en los municipios donde ocurrieron estos homicidios.
Asimismo, se ha suspendido a los ciudadanos del país centroamericano varios derechos constitucionales, como la libre asociación.
En este contexto, Bukele también decretó la emergencia máxima en todas las cárceles de seguridad y máxima seguridad salvadoreña, mientras que la Asamblea Legislativa aprobó un endurecimiento de las condenas contra pandilleros.
Según cifras oficiales, la Mara Salvatrucha y Barrio 18, entre otras, tienen unos 70.000 miembros activos en el territorio salvadoreño.
Human Rights Watch (HRW) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestaron su preocupación por la imposición del estado de excepción en El Salvador, a lo que Bukele respondió que estas organizaciones «defienden a los pandilleros». Mientras, Naciones Unidas mostró, asimismo, preocupación por la ola de homicidios en el país centroamericano.