El riesgo de suicidio es mayor en las personas con cáncer, según un estudio
El riesgo de suicidio de las personas diagnosticadas de cáncer en Estados Unidos es un 26 por ciento superior al de la población general, según un nuevo estudio a gran escala dirigido por investigadores de la Sociedad Americana del Cáncer.
El estudio, publicado en la revista científica Journal of the American Medical Association Network Open , también muestra una disminución del riesgo elevado para las personas con cáncer en comparación con la población general del 67 por ciento en 2000 al 16 por ciento en 2016.
«Nuestros hallazgos resaltan la importancia del manejo oportuno de los síntomas y las intervenciones específicas para la prevención del suicidio en individuos con cáncer. Esto requiere esfuerzos conjuntos por parte de los gobiernos, así como de los proveedores de atención sanitaria, para garantizar una cobertura integral del seguro médico para los cuidados psicooncológicos, psicosociales y paliativos, el desarrollo de directrices clínicas adecuadas para la detección del riesgo de suicidio y la inclusión de la prevención del suicidio en los planes de atención a los supervivientes», ha comentado el director científico de investigación de servicios de salud de la Sociedad Americana del Cáncer y autor principal del estudio, Xuesong Han.
Para el estudio, los investigadores analizaron los datos de 16,8 millones de individuos diagnosticados de cáncer en 43 estados de Estados Unidos entre 2000 y 2016. Se calcularon ratios de mortalidad estandarizados basados en la edad alcanzada en el momento de la muerte, el sexo y la raza/etnia para comparar los riesgos de suicidio en individuos con cáncer frente a la población general. Se ajustaron modelos de riesgos proporcionales de Cox para identificar los factores de riesgo de suicidio específicos del cáncer entre las personas diagnosticadas de cáncer.
Los resultados mostraron que 20.792 personas con cáncer murieron por suicidio entre 2000 y 2016. En comparación con la población general, se observó un elevado riesgo de suicidio en todos los grupos sociodemográficos, con riesgos particularmente altos entre los hispanos, los asegurados por Medicaid, los asegurados por Medicare menores de 64 años o los no asegurados.
El mayor riesgo de suicidio se observó en los primeros seis meses tras el diagnóstico de cáncer, con una tasa más de siete veces superior a la de la población general. Entre las personas diagnosticadas de cáncer, se observaron riesgos de suicidio relativamente más elevados en los tipos de cáncer de mal pronóstico con una elevada carga sintomática en los dos primeros años tras el diagnóstico, incluidos los cánceres de cavidad oral y faringe, esófago, estómago, cerebro, páncreas y pulmón.
Transcurridos dos años, las personas con cánceres que afectan a la calidad de vida a largo plazo, como los de cavidad oral y faringe, mama, útero, vejiga y leucemia, presentaban un mayor riesgo de suicidio.
«La tendencia general a la disminución del riesgo de suicidio sugiere un papel positivo de la promoción coincidente de los cuidados psicosociales y paliativos y de los avances en el control de los síntomas y el tratamiento del dolor. Pero aún queda mucho por hacer. Examinar las asociaciones de factores clínicos, como los tratamientos contra el cáncer, así como los factores políticos con el riesgo de suicidio y evaluar las intervenciones psicosociales son áreas importantes para futuras investigaciones», ha resaltado Xin Hu, doctorando de la Universidad de Emory (Canadá) y autor principal del estudio.