El Rey defiende la cooperación entre distintos niveles de gobierno frente a la pandemia y para la recuperación
Don Felipe ensalza la labor y la dedicación de los diplomáticos en el servicio a los ciudadanos
El Rey Felipe VI ha puesto en valor este martes la importancia de la colaboración entre los distintos niveles de gobierno en la gestión de la pandemia de coronavirus y ha defendido la necesidad de mantenerla de cara a la recuperación de la crisis y en particular en la vacunación.
Don Felipe ha sido el encargado de clausurar la VI Conferencia de Embajadores que se ha celebrado entre el lunes y el martes en Casa de América, acto que ha aprovechado para ensalzar la labor y la dedicación demostrada durante los últimos meses por los diplomáticos españoles en su esfuerzo por ayudar a ciudadanos en todo el mundo afectados por la pandemia.
«La COVID-19 ha exigido un esfuerzo de colaboración extraordinario entre distintos niveles de gobierno», al igual que «entre diferentes gobiernos de todos los continentes, entre gobiernos y organismos multilaterales» y de todos ellos con el sector privado, ONG y con la ciudadanía, que «en su inmensa mayoría, se ha comportado de forma ejemplar», ha señalado el monarca.
El rey ha defendido que es «justo resaltarlo y agradecerlo», al tiempo que ha advertido que esta colaboración «será igual de necesaria para la recuperación y para el diseño de una nueva era de inclusión y prosperidad, comenzando por la gestión para que las vacunas lleguen a todos los rincones del mundo».
Por otra parte, ha subrayado que la pandemia también ha evidenciado que «los retos del presente y el futuro exigen una atención reforzada a la realidad global».
«Lejos quedan los tiempos en los que la política, la economía o las medidas sanitarias y medioambientales se abordaban desde una perspectiva geográfica considerando lo que afectaba a los ámbitos exterior o interior», ha valorado, incidiendo en que «hoy todo conforma una realidad interdependiente y cada vez más incierta».
LA CIUDADANÍA PIDE CERTIDUMBRE
Ante esta situación, ha sostenido Don Felipe, es necesario amoldarse «para obtener las respuestas más adecuadas y eficaces en beneficio de una ciudadanía que demanda certidumbre, esperanza y horizontes de prosperidad», objetivos todos ellos que «se determinan en un ámbito global».
Asimismo, ha incidido en hace falta «adaptar y modernizar los organismos internacionales de un sistema multilateral con el que España está firmemente comprometida». Esta tarea, ha agregado, exite «de una diplomacia proactiva que forje acuerdos y consensos en áreas de actuación decisivas para nuestro futuro».
Entre estas áreas, Felipe VI ha hecho mención especial tanto al cambio climático, donde España ya ha dado «pasos para liderar la transición verde», como a las crisis migratorias, resaltando que el «enorme golpe» que la pandemia ha supuesto para «las expectativas de millones de mujeres y hombres que buscan desesperadamente un futuro que no encuentran en sus países».
Respecto a esta cuestión, ha recalcado que «solo una diplomacia enfocada en las causas de fondo será capaz de contribuir a gestionar el drama humano cuya última y trágica manifestación se produce tantas veces en nuestras costas» y ha puesto en valor los acuerdos alcanzados con los países de origen y tránsito.
La pandemia, según el Rey, también «ha puesto en cuestión muchos logros que dábamos por consolidados» y «ha provocado un enorme retroceso económico y muchas veces social en casi todo el mundo». En este sentido, ha sostenido que «lejos de desfallecer, debemos asumir el reto de construir de nuevo con cimientos más firmes y sostenibles», haciendo mención especial a los vecinos del sur y también a América Latina.
Así las cosas, ha defendido que España, «por su historia, su diversidad, su carácter y su vocación universal, está en un lugar y un momento clave para convertirse en un actor capaz de facilitar ese diálogo y ese esfuerzo conjunto que nos son tan necesarios» en el momento actual de «cambios geopolíticos y económicos» con el fin de ser capaces de «generar concordia, oportunidades y horizontes compartidos; de generar esperanza».
Don Felipe ha resaltado la «gran capacidad de interlocución» de la diplomacia española y en particular ha tenido palabras de elogio y agradecimiento por su dedicación y «sacrificio personal» en muchos casos, así como su «voluntad de servicio», como ha quedado patente durante la pandemia ayudando a los españoles que lo pudieran necesitar y dejando «bien alto el pabellón de España, su imagen y su proyección ante el mundo».
«La diplomacia, que vosotros representáis en nombre de España, está llamada a esa tarea clave para favorecer la estabilidad y el progreso del mundo en su conjunto: la de hacer asumible y gestionable esa dinámica de grandes cambios globales en un contexto de profundas transformaciones que deben ser gestionadas al servicio y en beneficio de los ciudadanos», ha resaltado el monarca.
Por último, Don Felipe ha deseado a los embajadores éxitos en su labor y les animado a «perseverar con tenacidad, rigor y excelencia» en la misma, al tiempo que les ha trasladado su «confianza y optimismo en el futuro de nuestro país y en su capacidad para contribuir al mejor porvenir del mundo».
Con el discurso de Felipe VI se ha clausurado la Conferencia de Embajadores, la primera desde 2008. Por ella han pasado en estos dos días, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, así como tres de los cuatro vicepresidentes y tres ministros, entre ellos la titular de Exteriores, Arancha González Laya.