El Proyecto Salvavidas avisa de que robar un desfibrilador puede ser una pena de cárcel
El fundador del Proyecto Salvavidas y experto en cardioprotección, Rubén Campo González, ha avisado de que robar un desfibrilador puede ser una pena de cárcel, asegurando que gracias al registro oficial del Departamento de Sanidad de la comunidad pertinente y al número de serie del equipo, se sabe a quién pertenece y donde estaba ubicado.
«El problema no se debe a la falta de seguridad, puesto que la gran mayoría de estos equipos cuentan con sistemas de geoposicionamiento, video-vigilancia, alarma antirrobo, etc. En muchos casos, estos ladrones desconocen la gravedad de este tipo de robo. Si durante el tiempo en el que el dispositivo ha sido robado, una persona sufre una parada cardíaca y no se le puede atender por la falta del desfibrilador, el ladrón podría estar cometiendo importantes delitos», ha dicho.
Además de un delito contra la Salud Pública, prosigue. constituye otro de robo o hurto, dependiendo de las circunstancias, con su consiguiente sanción económica. De hecho, el experto ha informado de que recientemente un juez sancionó a una persona que robo un desfibrilador con 2 años de cárcel y una gran multa económica.
Ahora bien, a su juicio, las sanciones por robo de estos equipos deberían ser mucho más elevadas. «Conocemos casos de lugares donde han fallecido personas que se hubieran salvado con un desfibrilador, el cual no se había instalado por miedo a los robos. Debemos ser conscientes de que robar un desfibrilador, que tarde o temprano va a salvar la vida de una persona, debería equipararse a robar una botella de oxigeno a un enfermo que la requiere para vivir», ha zanjado.