El proyecto para recuperar la pesca de atún rojo en el Cantábrico probará jaulas sumergibles en verano
Los atunes se pescarán vivos en colaboración con la flota local a través de artes de cerco y los resultados se evaluarán por la ICCAT
SAN SEBASTIÁN, 24
Las dos innovadoras instalaciones acuícolas sumergibles, puestas en marcha dentro del proyecto piloto para recuperar la pesca de atún rojo en el Cantábrico e instaladas frente a Getaria (Gipuzkoa), se probarán en 2025 para el engorde de un número limitado de ejemplares.
Los atunes se pescarán vivos en colaboración con la flota local a través de artes de cerco y los resultados se evaluarán por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT).
La iniciativa, presentada este martes en rueda de prensa en Orio (Gipuzkoa) por Itsasbalfegó, empresa creada por el centro tecnológico AZTI y la catalana Balfegó, plantea capturar atún rojo vivo mediante artes de cerco en colaboración con la flota pesquera vasca.
Según han recordado los impulsores del proyecto, la pesca de atún rojo en el mar Cantábrico está condicionada por su «escasa rentabilidad» para la flota pesquera debido al menor tamaño de los ejemplares capturados y también por las condiciones meteorológicas que complican su captura con las técnicas habituales.
Por este motivo, actualmente, una gran parte de la cuota de Euskadi se cede a otras regiones de España. Para revertir esta situación y fomentar la recuperación de la pesca de atún rojo en esta área costera, se van a instalar dos instalaciones acuícolas sumergibles a 3,688 millas del puerto de Getaria.
Estas jaulas se probarán durante los meses de otoño e invierno, y en verano de 2025 comenzará la prueba piloto para el engorde de esta especie con un número limitado de ejemplares. Si la experiencia resulta positiva, a partir de 2026 se instalarán más jaulas, dependiendo de la cuota de pesca destinada a engorde. Posteriormente, los ejemplares serán engordados, con el objetivo de evaluar su viabilidad tanto económica como medioambiental.
«El principal desafío será determinar si es viable utilizar el arte de cerco para la pesca del atún rojo en el golfo de Vizcaya. Si se logra y, posteriormente, el engorde en jaulas tiene éxito, este proyecto podría tener un impacto muy positivo en la economía y sociedad vasca, permitiendo revalorizar las cuotas de pesca, mejorar la calidad del producto y optimizar la gestión pesquera», ha afirmado Juan José Navarro, director adjunto de Balfegó, empresa líder en captura, alimentación, estudio y comercialización del atún rojo.
Previo a su implementación, el proyecto ha pasado por una rigurosa evaluación administrativa y científica. «La iniciativa cuenta con el apoyo, permiso y autorización de todas las administraciones públicas pertinentes en materia de pesca y medio ambiente, tanto nacionales como europeas. Esta primera fase también ha sido aprobada por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), que evaluará los resultados obtenidos», ha detallado Rogelio Pozo, director de AZTI.
FASE DE PRUEBAS Y SEGUIMIENTO
Antes de comenzar la captura de atunes, prevista para el verano de 2025, Itsasbalfegó validará este otoño e invierno la flotabilidad, capacidad de inmersión y resistencia de las jaulas frente a los fenómenos meteorológicos adversos del Cantábrico, un «reto clave» para este tipo de acuicultura.
«Balfegó ya gestiona una instalación similar en L Ametlla de Mar (Tarragona) desde 2004, pero las condiciones del Cantábrico son mucho más severas, especialmente en invierno», ha señalado Navarro, quien ha precisado que «la tecnología de las jaulas, con un diámetro de 50 metros, está diseñada para soportar estas condiciones y minimizar el impacto del oleaje».
En caso de temporal, las jaulas pueden sumergirse hasta 18 metros para proteger tanto la estructura como los peces. A lo largo del proyecto, se realizará un monitoreo mediante sensores y cámaras de última generación, que permitirán controlar en tiempo real la calidad del agua y la actividad biológica alrededor de las jaulas, asegurando una respuesta inmediata ante cualquier posible impacto ambiental.