El Proyecto Cunina validará si dos mutaciones genéticas aumentan la probabilidad de desarrollar leucemia infantil
La investigación busca encontrar el modo de prevenir la enfermedad
El Proyecto Cunina, iniciado en 2019 con el objetivo de encontrar la forma de prevenir la leucemia linfoblástica aguda (LLA) en niños, ha entrado en una segunda fase en la que validará si dos mutaciones genéticas halladas previamente aumentan la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
La investigación, impulsada por Unoentrecienmil, está liderada por el investigador Isidro Sánchez, del Centro de Investigación del Cáncer (CSIC-Universidad de Salamanca), y el jefe de jefe de Terapias Avanzadas del Hospital Niño Jesús de Madrid, Manuel Ramírez, quienes trabajan en el estudio de las mutaciones genéticas implicadas en este cáncer, el más común en niños.
En una primera fase, han estudiado el genoma de 100 familias con hijos diagnosticados de LLA. Así, han encontrado que niños y adolescentes con leucemia acumulan en su línea germinal mutaciones en genes relacionados con la vía de reparación del ADN antes no reconocidas. Además, alteraciones germinales del gen llamado TFC3 aparecen en familias de hermanos que desarrollan leucemia, lo que sugiere que puede ser un nuevo gen de predisposición.
El proceso que se inicia ahora consiste en comprobar tanto en ratones como en células humanas en laboratorio que estas modificaciones genéticas concretas confieren una alta probabilidad de que desarrolle una leucemia de células tipo B.
Desde la Fundación Unoentrecienmil, que apoya el proyecto, su directora general, Elena Huarte-Mendicoa, ha recordado cómo hace seis años los doctores Isidro Sánchez y Manuel Ramírez Orellana le explicaban la importancia de sacar adelante esta investigación dada la evidencia de llegar en unos años a poder prevenir esta enfermedad.
«Lo vi claro, confié en los investigadores y aunque no éramos una fundación con muchos recursos entonces, invertimos más de 540.000 euros porque no podíamos dejar de apoyar algo tan importante. En esta segunda fase, añadimos otros 900.000 euros y estamos seguros de que en breve tendremos esos resultados ansiados que salvarán tantas vidas de niños», ha destacado.
El equipo de científicos españoles que trabaja en este proyecto está formado por especialistas del Hospital Niño Jesús de Madrid, Centro de Investigación del Cáncer (CSIC-Universidad de Salamanca), Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y la Fundación Jiménez Díaz.



