El primer ministro dice que podría haber acuerdo «en los próximos días u horas» sobre el nuevo gobierno en Irak
MADRID, 17
El primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, ha afirmado este martes que podría haber un acuerdo «en los próximos días u horas» sobre la formación del nuevo gobierno, en medio de la crisis política que atraviesa el país.
El presidente del Parlamento, Mohamed Halbusi, pidió el 3 de diciembre al presidente del país, Barham Salí, que designe a un nuevo primer ministro, para lo que tiene un plazo de 15 días. Tras ello, se abrirá un plazo de 30 días para formar el nuevo gobierno.
Abdul Mahdi, quien presentó su dimisión en noviembre y continúa en funciones, ha resaltado que Salí tiene «una vía clara» para dialogar con los bloques políticos y elegir a un candidato a primer ministro.
«La misión es ahora más fácil y clara con la existencia de estas bases», ha dicho, antes de subrayar que seguirá en funciones y que el Ejecutivo mantendrá su actividad hasta que haya un acuerdo, según ha informado la agencia iraquí de noticias NINA.
Asimismo, ha manifestado que tanto él como su Administración «ayudarán al próximo gobierno» y ha hecho hincapié en que «los Presupuestos están preparados y serán enviados al nuevo Ejecutivo para que los presente directamente».
Abdul Mahdi presentó su dimisión el 30 de noviembre en medio de unas manifestaciones a nivel nacional contra la corrupción y la crisis socioeconómica que sufre Irak, unas movilizaciones que se han saldado con alrededor de 450 muertos.
Los manifestantes exigen una reforma política total en Irak para acabar con la corrupción endémica en el país y la desigualdad en la distribución de los beneficios del petróleo.
Asimismo, solicitan la dimisión del Gobierno en pleno, la disolución del Parlamento y, en términos generales, la desaparición del sistema político establecido tras la invasión de Estados Unidos en 2003.
La mayor parte de las víctimas mortales son consecuencia de la represión ejercida por las fuerzas de seguridad, que han empleado con asiduidad munición real para dispersar a los manifestantes.
El Gobierno, a su vez, ha defendido esta respuesta al asegurar que entre los manifestantes había «delincuentes escondidos» con la misión de iniciar altercados a tiros.