El presidente del CES no ve una «gran recesión» en Europa y rechaza la retórica «apocalíptica»
El presidente del Consejo Económico y Social de España (CES), Antón Costas, no ve en el horizonte europeo una «gran recesión» y está en contra de usar la retórica «tremendista, fatalista y mucho menos apocalíptica» para referirse al futuro, que a su juicio es «manejable».
Además, Costas no espera un «escenario apocalíptico de conflictos sociales» e insiste en que «no hay expectativas de inflación permanente». «Yo no veo en el horizonte europeo una gran recesión al estilo de la de 2020 y mucho menos de la de 2018. Es posible, y tampoco lo veo con claridad, que tengamos alguna recesión técnica en países concretos como Alemania, pero creo que hablar con un lenguaje apocalíptico no va bien», ha sostenido.
En declaraciones a los medios en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander, donde participa en el XXVI Encuentro del CES. Grandes desafíos para la economía y la sociedad españolas: El valor del diálogo , Costas ha insistido en que la economía ha sufrido «una concatenación de calamidades inesperadas que dan lugar a un escenario complejo», pero «en ningún modo apocalíptico».
Por ello, cree que habrá que gestionar bien un escenario donde las tasas de crecimiento serán «un poco menores» de las que se preveían antes de la pandemia y la guerra en Ucrania, con un nivel de inflación igualmente «un poco mas alto» y que sitúa en el medio plazo «probablemente» alrededor del 3%. Una cifra que no espera que se dé aún en 2022, donde señala que cerca del 9%.
Aún así, cree que el escenario es «manejable» porque los precios en materias primas como el cobre, el aluminio, el acero o el petróleo ya «están bajando en los últimos meses». Además, ha señalado que no cree que «en modo alguno» las autoridades europeas vayan a fomentar una recesión en una situación de guerra.
«En un escenario previsible, donde los precios de las materias primas básicas han comenzado ya a bajar y donde la demanda por sí misma ha comenzado ya a bajar, probablemente las expectativas de que el Banco Central Europeo vaya a subir de forma muy intensa los tipos de interés no tienen ningún sentido», ha considerado el presidente del CES.
INFLACIÓN
Al hilo, también ha pedido diferenciar entre el crecimiento de precios que se está produciendo en un momento concreto y las expectativas de inflación, porque «no hay señales de expectativas de inflación permanente». «En el caso de España no se están dando señales ningunas de efectos de segundas rondas, por el contrario, se están quedando atrás».
Y preguntado sobre si deberían subirse los salarios para adaptarse a la inflación, como piden en general los sindicatos, ha opinado que «necesitamos tener reglas justas de reparto de los costes de las crisis», y para ello es fundamental «el diálogo y la concertación».
«España tiene un patrimonio inmaterial que no sabemos poner en valor, que es nuestra capacidad de diálogo social. A lo largo de la democracia no hay ningún otro país europeo que tenga esta capacidad», ha sostenido, apostando por utilizarla para «moderar el juego» entre márgenes empresariales y salarios. «Creo que lo vamos a hacer, tenemos capacidad para hacerlo», ha apostillado.
Por ello no ve tampoco un «escenario apocalíptico de conflictos sociales» a pesar de las amenazas de huelgas por parte de los sindicatos ante la situación económica, algo que considera «pequeñas señales de advertencia lógicas en un juego de negociación», y ante las que insiste en fomentar la «capacidad de acuerdos».
En el seminario de la UIMP el CES ha presentado su memoria sobre la situación socioeconómica y laboral de España 2021, de la que Costas ha sacado «tres grandes enseñanzas»: que «cuando existen reglas justas de reparto de los costes de una crisis los daños sociales y empresariales son menores, la recesión es mas corta y la recuperación más rápida»; que el mejor camino para salir de las crisis es «el diálogo» y que «cuando las medidas de política social están bien diseñadas aparece un circulo virtuoso entre medidas de política social y crecimiento económico».