El presidente de Macedonia del Norte declara el estado de emergencia de cara a los comicios del 15 de julio
El presidente de Macedonia del Norte, Stevo Pendarovski, ha declarado el estado de emergencia durante ocho días en el país de cara a las elecciones anticipadas previstas para el próximo 15 de julio.
Tal y como indica el decreto emitido por el mandatario, el estado de emergencia ha entrado en vigor de forma inmediata. Su decisión tiene como objetivo permitir que las autoridades pongan en marcha los preparativos necesarios para garantizar que se protege la salud pública durante la campaña y las elecciones en plena pandemia de coronavirus.
En un principio se había previsto que las elecciones se celebraran en abril, pero estas fueron aplazadas debido al avance del virus, cuyo primer caso se detectó en el país a finales de febrero.
Hasta el lunes, tanto el líder de los socialdemócratas, Zoran Zaev, y la oposición conservadora no habían logrado acordar una nueva fecha a pesar de los repetidos esfuerzos por lograr un consenso. Según informaciones de la cadena Sitel, la campaña electoral comenzó el 24 de junio y durará 20 días.
El país se enfrenta ahora a un repunte de las infecciones tras el levantamiento de las medidas de restricción. Las autoridades sanitarias han informado de que se han constatado 134 nuevos casos de COVID-19 y otras ocho muertes en el último día, lo que sitúa en 4.289 la cifra de contagios y en 201 los decesos desde el inicio de la pandemia.
«Estas elecciones serán extraordinarias y no habrá una campaña electoral al uso», ha aseverado el presidente del Parlamento, Talat Xhaferi, en un comunicado. Así, ha indicado que todos los ciudadanos deben adherirse «de la forma más disciplinada posible» a las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
La convocatoria de elecciones fue anunciada a finales de 2019 por Zaev en respuesta a la negativa de la Unión Europea de iniciar las negociaciones formales para la adhesión del país.
Dicha decisión fue tomada debido al veto de un grupo de países liderados por Francia con el apoyo de Dinamarca y Países Bajos. París argumenta que el proceso de adhesión requiere de reformas y que la UE debe en primer lugar «poner la casa en orden antes de admitir a nuevos miembros».