El presidente de Líbano celebra la «nueva fase» tras el recién formado Gobierno y promete reformas «urgentes»
El presidente de Líbano, Michel Aoun, ha defendido este viernes ante la Asamblea General de la ONU que el país «se ha embarcado en una nueva fase», con un nuevo Gobierno que emprenderá las reformas «urgentes y necesarias», mientras que ha manifestado el rechazo de Beirut «a cualquier forma de integración de los desplazados».
Aoun ha hecho referencia al recién formado Gobierno libanés tras «una dura crisis política que ha durado más de un año», y que han dejado atrás en favor de «una nueva fase que se espera suponga un paso prometedor en el camino hacia la recuperación», aunque al nuevo gabinete le esperan «importantes retos, tanto nacionales como internacionales, para ganarse la confianza de la población y la comunidad internacional».
«En los últimos dos años, Líbano ha conocido sus momentos más difíciles, mientras que las sucesivas crisis, algunas heredadas y ramificadas y algunas urgentes, han estallado simultáneamente», ha lamentado el mandatario, que ha arremetido contra las «políticas financieras y económicas adoptadas durante décadas y construidas sobre un modelo basado en el lucro personal».
Además, «la corrupción y el despilfarro derivados de la mala gestión y la ausencia de responsabilidad» han empujado a Líbano a una crisis financiera «sin precedentes» que ha provocado el estancamiento económico y «una asfixiante crisis de los medios de subsistencia, así como el aumento de las tasas de desempleo, migración y pobreza».
En este contexto, y tras el voto de confianza del Parlamento libanés a la nueva Administración de Saad Hariri, el Gobierno se ha comprometido a «llevar a cabo las urgentes y necesarias reformas financieras y económicas, a luchar contra la corrupción y a establecer un plan de recuperación financiera en el contexto de las continuas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional», ha defendido Aoun.
«El pistoletazo de salida fue la entrada en vigor de la auditoría financiera de las cuentas del Banco Central del Líbano», que se aplicará a «todas las cuentas públicas» con «transparencia y responsabilidad», ha continuado el mandatario, para a continuación pedir a la comunidad internacional ayuda para «financiar proyectos vitales en los sectores público y privado y revitalizar el ciclo económico y crear oportunidades de empleo», así como para «recuperar los fondos de contrabando procedentes de los delitos de corrupción».
GUERRAS DE LA REGIÓN
Aoun también ha aprovechado la ocasión para hacer referencia a «las guerras de la región» que rodean a Líbano y que han contribuido a agravar su crisis, «especialmente la de Siria, que ha pesado sobre nosotros, sobretodo a través del asedio impuesto que ha privado a Líbano de su extensión vital o la infiltración del terrorismo» en el territorio.
En referencia a Siria, el mandatario también ha mencionado «el gran número de desplazados sirios» que llegan a Líbano, y que ya superan el millón y medio, un desplazamiento que tiene «resultados catastróficos en todos los aspectos económicos, sociales, sanitarios y de seguridad».
A pesar de su pedido a la comunidad internacional para que apoyar el retorno seguro de los desplazados, ha denunciado Aoun, nadie ha respondido a su llamamiento y se ha seguido «prestando asistencia a los sirios en su lugar de residencia en Líbano en lugar de prestársela en su país», lo que les ha animado «a quedarse».
«Repito la petición: sí, la comunidad internacional debe ayudar a Líbano a soportar la agotadora carga que supone la crisis de los desplazados; sin embargo, primero debe trabajar por el retorno seguro de los mismos a su país», ha reiterado el presidente libanés.
«Líbano, que ha establecido un plan integral para este retorno, afirma su posición de rechazo a cualquier forma de integración de los desplazados, al igual que reitera su posición de rechazo a cualquier forma de asentamiento de refugiados palestinos», ha apuntado Aoun, mientras que ha defendido «la necesidad de encontrar una solución a la cuestión palestina».
Precisamente, el mandatario ha indicado durante su discurso que «las persistentes amenazas israelíes siguen siendo la principal preocupación» de Beirut, incluidos los intentos de Israel de «explorar en busca de petróleo y gas en la zona en disputa de las zonas marítimas.
Algo frente a lo que ha exigido «la reanudación de las negociaciones indirectas para la demarcación de las fronteras marítimas», ya que Líbano «no dará marcha atrás y no aceptará ningún compromiso».