Gobierno Vasco afirma que «es un momento delicado» para hacer «una desescalada acelerada» y sin «garantías»

Mantiene «el reto» de mejora de la pandemia en tres semanas, con la esperanza puesta en la vacunación y con la vista puesta en el verano

BILBAO, 12

El portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, ha afirmado que «es un momento delicado» para hacer «una desescalada acelerada» y sin «las garantías necesarias». Además, ha asegurado que el Ejecutivo autónomo mantiene «el reto» de mejora de la incidencia de la pandemia en tres semanas, con la esperanza puesta en la vacunación y con la vista puesta en el verano.

En una entrevista concedida a ETB, recogida por Europa Press, Zupiriaha apuntado que el Ejecutivo mantiene la «esperanza» de que a finales de mayo la situación «mejore y siga mejorando». Para ello, ha señalado que «sería importante que descendiera el número de contagios» que todavía está en torno a los 400-500 casos diarios y que la Tasa de Incidencia Acumulada también bajara por debajo de 200, a poder ser hasta los 50 ó 60.

Asimismo, espera que se reduzca el número de personas hospitalizadas y en UCIs porque «permitiría recuperar toda la actividad quirúrgica en hospitales y, al final, redundaría en una situación pandémica y sanitaria mejor para todos».

Por ello, cree que los días que transcurran hasta finales de mayo, cuando permanece en vigor el actual decreto con nuevas medidas tras el fin del estado de alarma, «son fundamentales» para lograr esa situación más positiva.

«Eso exige que los que tenemos la responsabilidad de hablar en nombre de las instituciones, recordemos con mucha claridad cuáles son esos marcos de comportamiento y actuación que tenemos, y exige también que nosotros, como ciudadanos, seamos conscientes de que el mantenimiento de esas medidas básicas es lo más eficaz para hacer frente a esta situación», ha apuntado.

El portavoz del Ejecutivo ha asegurado que se ha comprobado la eficacia de las restricciones decretadas, lo que facilita que la situación sanitaria «mejore día a día». «Es el reto que tenemos para las próximas dos o tres semanas», ha aseverado.

Preguntado sobre por qué no se pide para Euskadi el estado de alarma, Bingen Zupiria ha advertido de que «se corre el riesgo de perderse en elucubraciones y debates» que se desconoce «dónde tienen la solución, y se pierda la perspectiva de qué es lo importante», algo que radica en «ser escrupuloso en el mantenimiento de esas medidas básicas que permitirán seguir mejorando la situación».

HORIZONTE DE ESPERANZA

«Ahora tenemos en el horizonte una esperanza y es que cada vez va a haber más gente vacunada, que la gente más vulnerable está fuera de riesgo o cada vez tiene menos riesgo, y eso nos puede permitir mejorar de forma notable en las próximas semanas y meses, sobre todo en verano, pero hay que llegar a ese momento», ha avisado.

Por ello, ha dicho que, para llegar a esa situación, el Gobierno consideraba que «era importante que se mantuviera el estado de alarma, y en esos términos se dirigió el Lehendakari al presidente Sánchez». «Le pedía el alargamiento del estado de alarma, le proponía una vía de relación bilateral para acordar y discutir las condicionantes y la forma en que se tenía que producir ese estado de alarma o la posibilidad de realizar algunas reformas legislativas que dieran mayor seguridad», ha precisado.

No obstante, ha recordado que el presidente Pedro Sánchez ha decidido que el estado de alarma «se ha acabado y que ahora toca otra cosa». «Falta por ver qué es esa otra cosa que falta. Este el marco en el que tenemos que actuar y donde las instituciones vascas vamos a actuar con responsabilidad, y donde esperamos que los ciudadanos y ciudadanas también lo hagamos», ha añadido.

SIN «DESESCALADA ACELERADA»

Para Zupiria, «es un momento delicado para una desescalada acelerada y es un momento delicado también para hacer frente a esta situación sin tener todas las garantías necesarias».

«Yo entiendo que una parte muy importante de la economía española está vinculada al negocio turístico y esta actividad turística está muy perjudicada. Lleva muchos meses en los que no ha podido desarrollarse de forma adecuada. Hay muchas empresas cerradas, muchos trabajadores en ERTE y muchas comunidades en el Estado español que se ven apretados por esta situación», ha admitido.

Por ello, el Gobierno Vasco entiende que se quiera mandar un mensaje «optimista y positivo», pero ha reiterado que la desescalada «hay que hacerla con cuidado». «Yo creo que la mayor parte de los ciudadanos de todo el Estado, pero también los vascos, cuando oyeron a Sánchez decir que se acaba el estado de alarma, pensaron que se había acabado la pandemia, y no, la pandemia no se ha acabado y las próximas semanas son cruciales para que podamos llegar en buenas condiciones al verano. Por lo tanto, no deberíamos perder esa perspectiva», ha añadido.

Zupiria ha reconocido que «se están produciendo comportamientos sociales que ponen en riesgo la salud porque no se cumplen unas normas básicas, como son las de mantener las distancias, protegernos permanentemente con una mascarilla o estar el lugares cerrados, poco ventilados».

«Ponemos mucho el foco en esos comportamientos más o menos incívicos que se están produciendo, pero no se trata de echar la bronca al joven porque salga a beber con los amigos y se quite la mascarilla, que es algo que no se debería hacer, pero la situación es más complicada que esa», ha apuntado.

EL RIESGO DE LOS ENCUENTROS FAMILIARES

En este sentido, ha recordado el testimonio de una doctora de un hospital guipuzcoano que relató cómo se había contagiado una familia entera, entre otras, una abuela con las dos dosis de vacuna recibidas, que cogió una neumonía como consecuencia de las visitas de sus cinco hijos e hijas que le habían visitado en casa, y de sus nietos y nietas, que querían visitar a la abuela».

«Todas esas personas pasaron por ese domicilio. Cuando llegaron, se acercaron a una persona con la que no conviven habitualmente, seguramente comieron, bebieron y prescindieron de la mascarilla en un ambiente cerrado, y se produjo un contagio general en esa familia, en tres generaciones», ha manifestado.

También ha puesto el ejemplo de una amiga suya que fue a visitar a sus tíos y ha estado enferma tres semanas con covid, y sus tíos ingresados en el hospital. «No salieron a la calle de botellón, que es seguramente una situación de riesgo. Lo hicieron en un domicilio cerrado y sin guardar los requisitos básicos. Prescindieron de la mascarilla para comer, charlar, tomar el café, etc», ha añadido.

Bingen Zupiria ha precisado que esos comportamientos, «aunque todo mejore, habrá que cuidarlos» y mantener las medidas, sobre todo, en encuentros con personas con las que no se convive. «Es la única garantía que tenemos, más allá de las restricciones que se puedan adoptar, para hacer esto más llevadero hasta que la mayor parte de la población esté vacunada», ha dicho.

Sobre la posibilidad de que los vascos se puedan quitar la mascarilla para mitad de verano, ha explicado que dependerá «de muchas cosas: del porcentaje de población que esté vacunada» o de dónde pueda haber reuniones. «Vamos a ir poco a poco. Como Gobierno, nos hemos puesto el plazo de estas tres semanas para ver si mejora esta situación y luego veremos qué más hay que hacer», ha concluido.

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