El PMA alerta de que el riesgo de inanición se ha multiplicado por diez en los últimos tres años

El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) ha alertado de que las personas al borde de inanición se han multiplicado por diez en los últimos tres años en la región del Sahel, mientras que los desplazados han aumentado en un 400 por ciento en medio de una grave crisis alimentaria, conflictos políticos e inseguridad.

Así lo ha remarcado el director ejecutivo del PMA, David Beasley, quien además ha advertido de que «se está desarrollando una crisis absoluta ante nuestros ojos» en relación a las condiciones que se dan en la región africana, donde las personas en riesgo de inanición rondan ya los 10,5 millones.

Además, el organismo ha lamentado que se espera que la actual crisis supere a la de años anteriores en base a una serie de factores que agravan la situación, como es la inseguridad, el aumento de la pobreza debido a la pandemia de coronavirus, así como un aumento «dramático» del coste de alimentos básicos.

«He estado hablando con familias que han pasado por más de lo que puedas imaginar. Han sido expulsados de sus hogares por grupos extremistas, han muerto de hambre por la sequía y se han sumido en la desesperación por el efecto dominó económico de la COVID-19. Nos estamos quedando sin dinero, y estas personas se están quedando sin esperanza», ha alertado Beasley desde Benín.

En este punto, el PMA ha reconocido que, si bien las necesidades son elevadas, los recursos para apoyar a los más vulnerables son «mínimos», lo que obliga a la organización a tener que «quitarle a los hambrientos para dar a los que se están muriendo de hambre». De hecho, en Níger la escasez de fondos es tal que se han reducido a la mitad las raciones de alimentos.

Así pues, el PMA ha apuntado que necesita 470 millones de dólares –más de 412 millones de euros– durante los próximos seis meses para poder continuar las operaciones en el Sahel donde, a pesar del contexto de seguridad, ha proseguido con sus labores y ha alcanzado a 9,3 millones de personas repartidas entre los cinco países de la región –Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania, Níger– a lo largo de 2021.

Por otro lado, el programa de Naciones Unidas ha remarcado que, en los últimos tres años, y en colaboración con las comunidades, ha convertido 270.000 acres de campos áridos en el Sahel en tierras agrícolas y de pastoreo productivas, cambiando así la vida de más de 2,5 millones de personas. De este modo se ha logrado que las comunidades que se han beneficiado de las actividades se estén desempeñando ahora mejor frente a esta crisis alimentaria «sin precedentes», pues pueden cultivar suficientes alimentos para suplir sus necesidades, diversificar su producción y sus ingresos.

Mientras tanto, en Benin, donde la amenaza de que el conflicto se extienda desde los vecinos Burkina Faso y Níger hacia las zonas del norte es una preocupación creciente, el programa de alimentación escolar financiado por el Gobierno e implementado conjuntamente con el PMA proporciona una comida nutritiva a 700.000 niños y ha sido vital en la creación de puestos de trabajo y el fortalecimiento de la economía local.

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