El PIB por persona en edad de trabajar crece por encima de antes de la crisis y se basa en factores de oferta

Los márgenes de salarios y precios empujan a la baja el crecimiento y la demanda de vivienda deja de ser un lastre

El PIB por persona en edad de trabajar creció en 2017 más que antes de la crisis y lo hizo de manera más sostenible, ya que elcrecimiento económico en España sigue sustentado en factores de oferta, mientras que los factores de demanda agregada tuvieron una aportación neutra al alza del PIB.

Así se desprende del Observatorio sobre el ciclo económico en España. Determinantes del ciclo económico en 2017 , publicado por BBVA Research, Fedea y la Fundación Rafael del Pino, que recoge que las estimaciones muestran que los factores de oferta han contribuido de forma «muy positiva» a la recuperación desde mediados de 2014 y siguen siendo la base sobre la que se sustenta el crecimiento del último año, aunque «parecen perder fuerza en los últimos trimestres de 2017».

Entre sus componentes destaca la utilización «más intensiva y eficiente» del capital productivo, que se ve compensada en parte por la contribución negativa del crecimiento de los márgenes de precios y salarios, y el comportamiento más débil de la productividad total de los factores.

Por su parte, los factores relacionados con la demanda agregada y del crédito, después de detraer hasta siete puntos de crecimiento durante la fase más aguda de la crisis de deuda soberana, terminaron el año 2017 con una aportación neutra al crecimiento del PIB.

Entre ellos destaca la aportación positiva del sector exterior y la demanda de consumo privado y de vivienda.

LA PRODUCTIVIDAD TOTAL DETRAE EL CRECIMIENTO

Dentro de las perturbaciones de oferta, la mejora en la eficiencia de la generación de capital productivo (como el proceso de inversión es capaz de generar más capital y reasignarlo para que contribuya a aumentar el PIB) es el principal factor que empuja al alza el crecimiento del PIB.

Su contribución positiva contrarresta el empuje a la baja sobre el crecimiento debido al aumento de márgenes de salarios y precios originados por la evolución de la competencia en los mercados de trabajo y de bienes y servicios, y al comportamiento de la productividad total de los factores (PTF).

Tras contribuir positivamente al crecimiento de la producción agregada en el conjunto del año 2016, la PTF volvió a situarse en terreno negativo detrayendo crecimiento durante el conjunto de 2017.

LA DEMANDA DE VIVIENDA DEJA DE SER UN LASTRE

Por el lado de la demanda agregada, los factores relacionados con la demanda de bienes de consumo y vivienda del sector privado han tenido una contribución positiva al crecimiento del PIB de aproximadamente medio punto porcentual en los últimos tres trimestres de 2017.

El observatorio destaca que los cambios experimentados por la demanda de vivienda han dejado de ser un lastre al crecimiento durante 2017, por primera vez después de siete años.

Por otra parte, el gasto en consumo e inversión del sector público, que contribuyó negativamente al crecimiento del PIB en el año 2016, moderó de forma notable su influencia en el último año, apuntando a que las administraciones públicas han tenido un efecto más neutral sobre el ciclo económico, sin desviarse el gasto significativamente durante 2017 de la tasa de crecimiento de la producción potencial.

Después de posicionarse como un factor clave reductor del crecimiento desde el inicio de la crisis, la contribución del stock de crédito a hogares y empresas ha tendido a estabilizarse, con una clara tendencia a mitigar su contribución negativa, con un promedio de -0,6% en el último año frente al -2% del año 2016.

«Esta tendencia es consistente con el crecimiento sostenido del flujo de nuevas operaciones de crédito durante la recuperación, si bien no ha sido suficiente para compensar las amortizaciones, que han seguido reduciendo el stock de crédito y con ello el nivel de endeudamiento de hogares y empresas», explica.

LOS MÁRGENES DE PRECIOS PRESIONAN A LA BAJA LOS SALARIOS

Sobre el empleo apunta que se observa un ritmo sostenido de reducción de la tasa de desempleo desde el segundo trimestre de 2013, acompañado por el aumento en la tasa de vacantes que se inicia un año más tarde.

Con todo, aunque la tasa de desempleo (16,6%) se encuentra ya al mismo nivel que su promedio desde 1980 (16,7%), subraya que es todavía el doble de la observada en el primer semestre de 2007, mientras que la tasa de vacantes se sitúa por debajo de la correspondiente al inicio de la crisis financiera.

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