La mascarada de los Zamarrones de Lanchares vuelve el 10 de febrero a Campoo de Yuso

La ancestral mascarada de los Zamarrones, Fiesta de Interés Turístico Regional, volverá un año más a la localidad de Lanchares, en Campoo de Yuso, el próximo 10 de febrero, el sábado previo al Carnaval.

Los zamarrones, ataviados con pieles, campanos y gorros, con el zamarrón mayor a la cabeza, procesionarán por el pueblo pidiendo y recogiendo aguinaldos que se van cargando por el cestero con su burra comunal Rufa.

Además, la comparsa está compuesta por los personajes del viejo, la vieja, el hombre y la mujer travestidos, las pandereteras, el médico, el sacamuelas y sus ayudantes, los curas y el clero, los gitanos, la gitana del Hoyo del Toju, el maestro y sus alumnos, los moros, el afilador, los peleles judas, los militares y los guardias, la tarasca y el giboso, las madamas y el mancebo, las pandereteras, las amas de cría, los labradores, el pastor y los enramados, entre otros participantes.

Este año, el segundo como Fiesta de Interés Turístico Regional, el programa arrancará a las cuatro y media de la tarde con los actos seguidos de la pedida de aguinaldo por todos los barrios del pueblo, donde la procesión irá recogiendo por las casas chorizos, patatas, huevos, dulces y demás productos de la tierra.

Los productos recogidos se compartirán con los vecinos en ena cena de hermandad, a partir de las ocho de la tarde, ha informado el Ayuntamiento de Campoo de Yuso.

Como novedades en 2024, se representará el bautizo de Cipriano, el hijo que ha tenido el mancebo con las madamas. Este acto representará los años de bienes, el nacimiento del nuevo año, la fertilidad, los buenos augurios, además de recrear la chanza de las relaciones matrimoniales, extramatrimoniales y líos filiales de faldas rurales.

Participarán también como grupos invitados Mariu y Javicu y el Grupo de danzas San Sebastián de Reinosa.

Esta mascarada tradicional reúne los roles blanco, negro y natural. Los personajes blancos auguran la primavera y son propiciatorios y de fertilidad, mientras que los naturales representan los ciclos de la naturaleza, las cosechas y los montes.

Se unen la guardia civil, personaje tradicional recuperado el año pasado, a los personajes negros, representativos de los males, la autoridad o el poder, como los zamarrones, los gitanos, los moros, viejos, tarascas, los peleles, los guardias o los militares.

Esta mascarada tradicional rural nunca ha dejado de celebrarse a lo largo del siglo XX, lo que resulta una «singularidad» en esta manifestación etnológica inmaterial, según el Ayuntamiento.

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