El número de empobrecidos en América Latina podría crecer un 35% por la pandemia, avisa la ONU
El número de personas que viven en la pobreza extrema ascendería de 67,4 millones a 90
La Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha advertido este viernes de que la pandemia mundial de coronavirus podría disparar en un 35 por ciento el número de personas bajo el umbral de la pobreza en el continente, según ha avisado su secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena.
El coronavirus, ha avisado, tendrá unos efectos intensos y distintos a los que se vivieron durante la crisis financiera, según Bárcena, en particular por su brutal incidencia sobre el turismo, que podría contraerse hasta en un 25 por ciento.
El efecto dominó proseguiría con una caída del poder adquisitivo, la reducción de las exportaciones y la ruptura en la cadena de suministros hasta concluir en la destrucción de la inversión externa.
Este proceso tendrá consecuencias devastadoras para la población del continente, donde el número de personas desfavorecidas pasaría de 185 millones actuales a unos 220 millones, sobre un total de 620 millones de habitantes y, peor todavía, el número de personas que viven en la pobreza extrema ascendería de 67,4 millones a 90 millones, ha avisado Bárcenas.
«Necesitamos repensarnos todo, la economía completa. Necesitamos una nueva visión para centrarnos en cómo hacer frente este escenario tan difícil que tenemos por delante», ha añadido.
La secretaria ejecutiva de la CEPAL indicó que los Gobiernos están emprendiendo medidas sanitarias para reducir los contagios y de contención social en favor de los grupos más vulnerables para tratar de contrarrestar los efectos económicos negativos de la pandemia.
«También están tomando medidas económicas, fiscales y monetarias que implican aumentar el gasto social, bajada de tipos, intervención los mercados de divisas», pero la situación es crítica.
En los hogares más pobres de los países de ingresos bajos y medios, sólo el 17% de las madres y los niños tienen cubiertas todas sus necesidades sanitarias, según la Organización Mundial de la Salud.
«Conforme aumenta la desigualdad, los grupos más vulnerables asummen cada vez más el peso de las repercusiones económicas de la pandemia y dispondrán de menos recursos para combatirla, según Bárcena, quien ha inssistido en que la única solución pasa por la cooperación mundial y regional.
«Ningún país podrá combatir esta pandemia sin ambas clases de colaboración. A fin de cuentas, lo que realmente debemos considerar es saber qué pasará con el multilateralismo. Se necesita una mayor integración. Sin duda, debemos movernos hacia una mayor coordinación, y la prioridad de las políticas debe ser cómo abordar la actual crisis social y de salud», ha subrayado.