El matrimonio acusado de quedarse dinero de una tía enferma asegura que «era su voluntad»
La Fiscalía pide cuatro años de cárcel para cada uno de ellos por un presunto delito de apropiación indebida
El matrimonio acusado de quedarse dinero de las cuentas de una familiar enferma de alzheimer, la tía de él, ha declarado que el dinero que sacaron -43.500 euros según Fiscalía-, fue para sus cuidados y «por cumplir su voluntad», ya que quería que, «si sobraba algo» de dinero a su muerte, se lo quedaran ellos porque fueron quienes la cuidaron durante sus últimos años de vida.
La Fiscalía les considera autores de un presunto delito de apropiación indebida y pide cuatro años de cárcel para cada uno de ellos, así como una multa de 4.500 euros y que devuelvan la cantidad apropiada indebidamente a los herederos de la víctima, que cifra en 43.500 euros.
Los acusados han declarado este martes en el juicio celebrado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial –que está previsto que continúe mañana–, que su tía no presentaba «ningún deterioro que no fuera por la edad», ya que «conocía a todo el mundo», hablaba «normalmente» y «su único problema era que estaba en una silla de ruedas».
«Dijo que sacásemos el dinero porque quería que fuera para nosotros», ha asegurado el sobrino acusado, que ha reconocido que su intención «era sacarlo todo porque era lo que ella quería», aunque no pudo hacerlo de una vez porque el banco no disponía de todo el dinero en la sucursal, según ha explicado.
Así, el matrimonio estuvo sacando alrededor de 600 euros al mes para los cuidados de la tía desde 2011 –aparte de los gastos que estaban domiciliados–, pero tras su muerte los familiares detectaron «irregularidades» entre diciembre de 2012 y abril de 2013, cuando el matrimonio ha reconocido que retiró dinero durante unos 12 días seguidos, normalmente 600 euros diarios, aunque uno de los días llegaron a sacar 13.000 euros.
En este sentido, la mujer ha explicado que se sacó porque «ella lo quería tener en casa» para seguir pagando sus necesidades y que se lo quedaran «si la pasaba algo», ya que «si no hubiera muerto el 8 de julio, el dinero lo habría gastado ella». «No lo sacaron de golpe porque no había dinero en la sucursal», ha reiterado.
Además, han aportado un escrito firmado por la hermana de la tía en el que ésta última reconoce que esa era la voluntad de la fallecida, aunque no llegó a firmarlo ante notario ya que su marido «no la dejó» porque «prefería que se mantuviera al margen» y no se enfrentara a su familia, han dicho.
Por otro lado, han dicho que han consignado unos 25.000 euros para la herencia y han requerido a su familia para mantener una reunión y llevar a cabo las gestiones necesarias, pero «nadie ha respondido».
En la misma línea han declarado los hermanos del acusado, que han afirmado que su tía estaba «bien atendida», ya que disponía de cuidadoras las 24 horas del día, y que sabían que quería dejar el dinero al matrimonio porque su hermano se lo había contado.
Uno de ellos figuraba como autorizado en las cuentas junto al acusado, y ha explicado que cuando él las gestionaba, de 2009 a 2011, «se gastaban 600 euros o más» al mes para sus cuidados. El otro hermano trabajaba en la sucursal en la que se abrió la cuenta de la tía en 2009 –aunque estaba de baja cuando contrató la tarjeta con la que operaban– y ha asegurado que ella quería que se les pusiera como titulares, aunque él les recomendó que no lo hiciera.
Por el contrario, los primos querellantes han asegurado que su estado era «bastante demencial» y aunque reconocía «a todo el mundo», «se le iba muchísimo la cabeza», y han denunciado que estaba «mal aseada, con ropa de hace mucho tiempo» y en ocasiones les decía que estaba «abandonada» y que «la maltrataban».
También han coincidido en que no se les notificó que quería dejar el dinero a los acusados, algo que han puesto en duda porque «no hablaba de eso», ya que «le daba muchísimo miedo morirse».
Además, según han dicho, el matrimonio les advirtió de que «había que buscar una solución» porque el dinero de su tía «se estaba acabando» y «sólo iba a llegar hasta septiembre». «Me sorprendió bastante porque habían vendido una casa familiar uno o dos años antes», ha manifestado uno de los primos.