El legado de Gandhi, amenazado en la India moderna

150 años después de su nacimiento, sus ideas pacifistas se topan con un creciente nacionalismo hindú en el país

NUEVA DELHI, 1 (DPA/EP)

En Gandhi Smriti, el lugar en el que el reverenciado luchador por la libertad de India Mahatma Gandhi fue asesinado, los visitantes, sorprendentemente mucho más numerosos los extranjeros que los indios, hacen fila para rendirle homenaje.

«Gandhi está siendo olvidado por su propio pueblo. Veo a pocos indios que vengan de visita en los últimos años. La gente de otros países parece estar más interesada en su vida e ideales», comenta un guía voluntario a la entrada del lugar.

«Quizá nos hemos convertido en una sociedad mucho más consumista y dividida alejada de las enseñanzas de Gandhi que un icono mundial como él es olvidado en su lugar natal», añade, pidiendo no ser identificado.

Anand Jujaru, un profesional de nueva tecnologías de Bangalore que visita el lugar junto a su hijo de 10 años, coincide. «El único modo en que nosotros los indios conocemos a Gandhi es en los billetes y por las carreteras que llevan su nombre», comenta.

«Para ser sinceros, creo que nos hemos vuelto cínicos. Nadie se acuerda de lo que hizo o los sacrificios que hizo. Entre los niños y los jóvenes la desconexión es aún mayor, por eso es que hemos hecho el esfuerzo de traerle aquí», añade, señalando a su hijo.

La independencia de India de Reino Unido en 1947 se produjo en gran medida por el apego de Gandhi al satyagraha . Esta significa la lucha por la verdad mediante la resistencia a través de la desobediencia civil y la ahimsa , la no violencia.

GANDHI SIGUE SIENDO UNA INSPIRACIÓN

La ideología de Gandhi ha sido cuestionada en India, con un creciente número de políticos que la repudian por considerarla idealista y poco práctica. Pero fuera de la política, sigue siendo una inspiración.

Activistas sociales como Ela Bhatt y Rani Bang, reconocidas por el empoderamiento de las mujeres y revolucionar la atención sanitaria, apenas son conocidas en India, pero cientos de personas y grupos inspirados por Gandhi trabajan de forma silenciosa, fuera de la atención pública.

A cientos de kilómetros de distancia, en el centro de India, Medha Patkar ha dedicado su vida a protestar contra la presa Sardar Sarovar, uno de los mayores y más controvertidos proyectos de infraestructura hidroeléctrica mundial situado en el río Narmada.

Activo desde hace casi 35 años, el Movimiento Salvar el Narmada de Patkar es considerado como el movimiento gandhiano más antiguo en tiempos modernos. Ha conseguido victorias importantes, como garantizar la compensación y rehabilitación de los indígenas desplazados por el proyecto.

Además de las acciones ante los tribunales, su campaña implica largas marchas, sentadas, huelgas de hambre y la inusual Jal Satyagraha, en la que los manifestantes permanecen con el agua hasta la cintura, cantan canciones y escuchan discursos.

«Uno tiene que recurrir al satyagraha cuando el Estado no nuestra ninguna sensibilidad por el sufrimiento de la gente. Mediante estas protestas, en último término buscamos apelar a la conciencia de la sociedad para que el Gobierno se vea forzado a responder», comenta la infatigable activista.

Patkar es reconocida por el auge de los movimientos de sociedad civi en India, ya que consiguió reunir a casi 200 grupos para fundar la Alianza Nacional de Movimientos Populares.

En los últimos años, algunas luchas gandhianas han sacudido India. Ya sea la conocida Dama de Hierro Irom Chanu Sharmila y su lucha contra una draconiana ley de seguridad o Anna Hazare y su campaña anticorrupción en 2011 que llevó a la caída del Gobierno de Manmohan Singh, la táctica usada por Gandhi de largas huelgas de hambre sigue siendo utilizada.

Los principios de Gandhi inspiraron a personas y movimientos de todo el mundo, incluidos el defensor de los derechos civiles en Estados Unidos Martin Luther King, el expresidente sudafricano y líder de la lucha contra el apartheid Nelson Mandela o el revolucionario checo Vaclav Havel.

LA EMERGENCIA DEL NACIONALISMO HINDÚ, PRINCIPAL DESAFÍO

En general, expertos y activistas destacan el significado de los valores gandhianos como la respuesta a la tensión y el conflicto. Sin embargo, se enfrentan a un complicado futuro en India, con la emergencia del nacionalismo hindú, los crecientes crímenes de odio y la polarización entre hindúes y musulmanes.

En el corazón del Gandhi Smriti se encuentra la Columna del Mártir, que marca el lugar en el que fue disparado por el fanático hindú Nathuram Godse. Este, que consideraba a Gandhi responsable del debilitamiento del país por permitir la partición de India y Pakistán, estaba vinculado a Rashtriya Swayamsewak Sangh, una organización de extrema-derecha hindú que es la mentora ideológica del gobernante Partido Bharatiya Janata (BJP).

Los radicales hindúes y los líderes del BJP han hecho declaraciones públicas para construir una narrativa que responsabiliza a Gandhi de la división del país y otros males.

«El régimen oficial ha puesto a Gandhi en un cajón. Este año ha sido el año de la violencia», comenta el sociólogo Shiv Visvanathan, en referencia a la violencia y las disputas en India, incluida la represión en la parte india de Cachemira.

El nombre y la imagen de Gandhi son usados para eslóganes y programas oficiales, como la campaña India Limpia , pero no sus ideas, subraya Visvanathan. «Gandhi es trivializado y no recordado», añade.

Los movimientos ecologistas contra proyectos nucleares o presas y la resistencia pacífica por parte de los separatistas cachemires son calificados de «antinacionales» y prohibidos por las autoridades, resalta Visvanathan.

Según Patkar, los indios de hoy, más que nunca, necesitan que las ideas de Gandhi les guíen. «Es (el primer ministro Narendra) Modi contra Gandhi ahora. Uno tiene que tomar posiciones, sea cual sea el coste», asevera la activista.

El historiador Ramachandra Guha afirma que aspectos clave del legado de Gandhi incluyen la resistencia no violenta, la promoción de la tolerancia religiosa y un modelo económico que no dañe a la naturaleza.

Pero el Mahatma , como se le conocía popularmente, sigue importando, como recuerda su nieto Rajmohan Gandhi en un artículo en la revista India Today . «En nuestro mundo de la fase postverdad en el que Donald Trump atrae los titulares, minorías amenazadas reciben palos y las amenazas al planeta son ignoradas, un Gandhi que lleva muerto más de 70 años reaparece con frecuencia como símbolo tranquilizador, defensor de la verdad de los derechos de las minorías y de nuestro planeta».

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